sábado, 24 de agosto de 2013

AMSTERDAM

Día 27 Domingo: AMSTERDAM “la Venecia del Norte”

Desde Gare du Nord salen cojo el tren de las 8,24 (salen con una frecuencia de una hora), me informan de que no hay ahorro comprando i/v o separadamente (aunque al regreso comprobaré que no es así), compro sólo ida por 36€ en un Intercity. Un trayecto estupendo viendo constantemente grandes extensiones de verdes pastos, y muchas vacas y caballos, algún riachuelo… muy agradable.

Llego poco antes de las 12h. Y al salir ya encuentro personal vestido con chaqueta roja con una (i) que se encargan de darte toda la ayuda e información que necesites. y ya pregunto cómo ir al barco en que me hospedaré. Por cierto, al lado del museo MEMO, cuya fachada he visto al salir todos los días.




Ámsterdam es una ciudad maravillosa, todo el mundo con quien he hablado coincidimos en ello, me ha impactado, me he sentido comodísima allí, y no es porque tenga monumentos espectaculares –que también lo tiene, como todas-, es por la ciudad en sí, los animados canales circulares que rodean la zona centro, la arquitectura de sus preciosas casas repartidas por toda la ciudad –no en una zona concreta, no, en toda la ciudad-, y principalmente por su gente, no he conocido gente tan amable con los turistas como ellos.



Hago el chekin en el barco y a las 12,10h ya estoy de nuevo en la Gare Central para empezar a recorrer la primera ruta de mi guía, bajo por Damrak, en la que a mano derecha veo el Museo del Sexo y mas abajo el edificio de La Bolsa y delante unas farolas azules que me han gustado.





Para llegar a la plaza central –la Dam-, aquí el Ayuntamiento rodeado de andamios y temporalmente cerrado al público, el Museo Madame Tussaud, yla Nieuwe Kerk (foto abajo izq) que actualmente se dedica a museo y para dar conciertos de órgano, y el Monolito a los caídos de la 2ª G.M.



Y bordeando la plaza me dirijo al centro comercial Magna Plaza, que ocupa un edificio neogótico que fue el edificio de correos.






Por Kalverstraat, calle peatonal muy comercial que he paseado muchas veces porque me gusta su ambiente, aquí me he comprado un collar color crema de recuerdo, se llega al Museo de Historia
y al lado está la Galería cubierta Schuttersgalerij que muestra 15 gigantescas pinturas, es gratuíta



y atravesándola se llega al Beginjhof del siglo XIV, allí está la casa mas antigua de Holanda –de madera pintada de negro-.








Hacia el sur, pasando por la plaza Spui -donde siempre hay mucha gente en las terrazas de los cafés-, sigo hacia la plaza Muntplein y encuentro antes el famoso Mercado de las Flores. Durate todos los recorridos se va disfrutando de los canales y las pintorescas casas.



En Muntplein hay personal de información y se acerca a ofrece ayuda, amabilísimo, después me pidió si podía contestar a 5 preguntas de una encuesta y todas versaban sobre “qué era lo que mas me gustaba” , “si veía algo mejorable” y la mejor de todas “si tenía alguna sugerencia que dar al Gobierno para mejorar el turismo”, impresionante, en ningún otro País me he sentido mas mimada, y mira que de casi todos he traído un gratísimo recuerdo, pero en otros deduces que se esfuerzan por atraer al turismo, aquí no hace falta que lo intuyas porque te lo preguntan abiertamente. Ámsterdam es maravillosa.

También me ha indicado donde puedo arreglar la patilla de mis gafas, que se ha perdido el tornillo (probablemente cuando me probé los collares) y voy en plan monóculo.

Vuelvo a Kalverstraat (allí me las arreglan) para ir al centro comercial -Kalvertoren-, pues sé que tiene unas vistas estupendas desde el restaurante (aunque las fotos desdicen por el reflejo de los cristales), y salgo por la otra puerta para coger Rokin y ahora busco otra tienda de arquitectura art-decó que quiero ver –PGC Hajenius- está dedicada al mundo del tabaco, que me dan permiso encantados para sacar mi foto para el recuerdo.

Ahora quiero ir a Regulier para ver el Teatro Pathé Tuschinski, pero un error tonto me lleva en dirección opuesta y me doy la vuelta al mundo para volver de nuevo a Muntplein (en esta plaza me ha pasado lo mismo 2 veces, que me he orientado justo al contrario, no sé por qué). Bueno, después de varias ayudas de viandantes, finalmente consigo llegar al precioso edificio del Teatro, tanto la fachada como el hall (que es hasta donde he entrado) son de estilo art-decó.



Sigo hacia



Leidseplein, y entro en Metz & Co -otro centro comercial que también ofrece una vista estupenda-





Leidseplein es una animadísima plaza con terrazas, restaurantes, el Teatro Nacional y el Hotel Americano, como sé que el hotel tiene un restaurante -donde celebró su boda Mata Hari- que es art-nouveau, entro y muy sonrientes como de costumbre me permiten sacar fotos .


Al salir me siento en la fuente que hay enfrente a ver el mapita, un chico se sienta al lado y pregunta si puede ayudarme, cuando me levanto insiste en acompañarme, intento sin éxito despedirme amablemente, hasta que con mi mejor sonrisa le digo que prefiero ir sola y que le agradezco mucho. Si no fuera porque hay mucha gente alrededor y porque en Ámsterdam te sientes absolutamente segura, me hubiera preocupado. Y de repente está claro: en Ámsterdam no hay mendicidad, nadie pide, pero –y después lo he podido comprobar-, cuando ven a alguien con un plano, aprovechan para ir a ayudarle, y después te dicen que son Homeless man y que si les puedes ayudar tú. Cualquiera que sea tu respuesta, ellos te contestan con una sonrisa y se van, no hay ninguna molestia, además tienen un aspecto perfecto. Así es que ningún problema, es sólo una anécdota mas de la ciudad.
Y ya estoy recorriendo la calle P.C. Hofstraat -una calle donde se ubican las tiendas exclusivas, pero francamente, no le veo la gracia-, y llego al Rijkmuseum (rodeado de andamios, imposible foto), lo bordeo para ver si algún lado se libra pero nada,


así es que vuelvo sobre mis pasos y me dirijo al cercano “Barrio de los Museos”, y al entrar lo primero que encuentras son las ya archifamosas letras “I Ámsterdam”, aquí me he quedado un buen rato porque es una extensa zona de césped, donde la gente está tranquilamente descansando o jugando, y donde se ubican el Museo Van Gogh y otro que desconozco cual es.
En la acera de enfrente del parque, otro edificio que creo que sea el de la Ópera, por el aspecto y por el nombre “Concert Gebow” (foto dcha).


En el cercano Vondelpark, a las 17h hay mucha gente disfrutando del parque, corredores, gente haciendo gimnasia, niños jugando, paseantes, parejas. Me extrañó un poco lo sucio que estaba el lago, supongo que tendrá un motivo, porque es una ciudad limpísima.

A las 17,15h ya he terminado la 1ª ruta de mi guía, pero como aún es pronto decido enlazar con la 2ª pero en sentido inverso –ya que parto del sur-.

Me dirijo hacia la Iglesia del Oeste, atravesando el barrio Jordan, y siguiendo el canal Prinsengracht llego a la Iglesia -hoy cerrada-, al lado la Casa de Ana Frank, y … lo que mas me está gustando del paseo, los canales y la vida que hay a estas horas en este barrio, muchas personas en las terrazas de los cafés que bordean los canales, se respira muy buen ambiente. Me encanta.




Desde aquí, bien atenta a las curiosidades que voy encontrando: casas con escaleras exteriores para acceder a los sótanos al estilo de Manhattan, contraventanas de madera pintadas, la Te Huis, la deliberada inclinación de las casas y la polea del tejado -que responde a la necesidad de meter muebles y enseres por las ventanas dada la estrechez de las puertas, gracias a esa inclinación no dañan ni golpean las fachadas-.

Busco el Café Smalle y el dueño me permite hacer la foto, que he de repetir desde la jamba de la puerta, y al hacerlo le comento riendo que es porque la primera me ha salido muy movida -frase que acompaño con un movimiento ligeramente temblón-, y él me contesta jovial con otra broma , ja,ja,ja,… “so many driks…” y se ríe, ja,ja… hay muy buen ambiente, todo Ámsterdam es así, lo estoy disfrutando mucho, mucho.

Por Egelantiers, sin encontrar el café Claesz Hofje, sigo paseando toda la zona Jordan, a Karthuizerstraat para ver las casas ocupas, y en otra calle veo unas 50 personas sentadas en una gran mesa corrida que ocupa toda la calle, celebrando alguna fiesta de crios- allí en la que supongo que es su propia calle-… no necesitan centros de recreo infantiles ni nada… allí sacan las mesas, la comida, la bebida y los juegos y a pasar la tarde de fiesta. Ámsterdam es única.

La anécdota en Jordan es que, en un recodo hay un bar con gente en la puerta (matrimonios de entre 40 y 50 años) se ve que es una reunión de amigos (o al menos gente que se conoce mucho) y entre ellos una drack-queen divertida a mas no poder, me alejo un poco para sacar la foto sin molestar y luego otro poquito mas, pero cuando las edito veo que han salido horribles. Sigo mi paseo y al rato vuelvo a estar en el mismo sitio, esta vez me voy directamente y le digo sonriente que si puedo hacerme una foto con ella, me contesta riendo que ¿por qué no? Y otra señora del grupo se ofrece a sacarla. ¡Qué gente tan maja, y tan divertida!. Y me voy tan feliz con mi foto con la simpática drack-queen.
Continúo por Karthuizerstraat y me interno mas en el barrio por Kindengrancht buscando los hofje, y en la paralela Noordermart llego a la Iglesia de la Pz del Mercado –que casualmente está oficiando pero hay un portero que no deja ni pasar, y me informa que mañana habrá concierto de piano-.
Finalizaré la ruta por Haarlemmerdijk –muy animada a estas horas, con restaurantes y tiendas- para lo cual retrocedo un poco a la izquierda y así la tomo desde mas abajo, llego a Singel, y desde aquí al barco a las 20h, y me quedo cenando algo en cubierta, disfrutando de una vista y una quietud maravillosa (el barco sólo da desayunos, pero hay mesas en cubierta para tomar lo que traigas), es una gozada cenar en cubierta, mañana repetiré.


Día 28 Lunes: AMSTERDAM

Afortunadamente el horario de desayuno en el barco no es tan draconiano como lo era en el hotel de Bruselas, y puedo hacer mas pereza, a las 9,30h empieza mi día turístico. De las 3 rutas de mi guía, sólo me queda la tercera –que además es la mas corta- así es que aprovecharé para estar a las 11,15h en la Dam y meterme en el Tour a pié que vi ayer.




Voy hacia Entrepotdok, bajando primero la Valkenburgerstraat y después hacia la izquierda, aquí veo por primera vez en Ámsterdam los puentes levadizos, la verdad es que la apertura me ha parecido una operación lentísima pero curiosa de ver.





Y me interno algo en el Hortus Botanicus –la zona de alrededor de los invernaderos y el laguito-.

Ahora a ver la fachada del Teatro “Hollandse Schouwburg. Y tomar la transversal Plantage Kerklaan para ver el Museo de la Resistencia –cuyo interés histórico es evidente pero la fachada no vale nada, así es que no hay foto-, eso sí, en compensación he visto una vivienda con un elemento decorativo que me ha gustado.

Un paseo desde aquí lleva a Magere Drug –según mi guía, es el puente mas popular de Ámsterdam-, de un vistoso color blanco y verde, tiene un sistema de contrapesos para facilitar la apertura, y desde aquí se tiene una buena vista del río Amstel, y cerca lo que –imagino- son muelles de descarga en el mismo cauce del río.




Subir el margen izquierdo del Amstel, es un paseo delicioso porque la anchura del propio río ofrece unas bonitas panorámicas, y algunas viviendas curiosas e interesantes, además de la plaza Waterloo con el Stadhius Ópera (entonces yo no sabía que aquel edificio redondo y grande era eso precisamente, y después lo he estado buscando, con bastante dificultad porque la plaza está toda vallada por obras y es difícil orientarse allí, je,je).

No quiero perderme el tour a pie que empieza a las 11,15h , así es que dejo para otro momento lo que me falta (la Sinagoga Portuguesa, la casa de Rembrandt y el Muzietktheater) y me voy rapidíto, llego a las 10,58h.

Nuestro guía es un chaval muy divertido y escénico, je, je, es muy majo y te explica todo súper bien. Los tour son gratuitos aunque –como es normal- al finalizar debes valorar el trabajo y dar lo que consideres oportuno.

Y afortunadamente, empieza el recorrido por una zona que aún no he visitado: saliendo de Dam hacia Warmoestraat –el famoso barrio rojo- ya a estas horas están preparadas y mostrándose las señoritas –en el estrechísimo callejón St.Anne St se encuentran las mas caras, aquí todo es insólito-, y en medio la Iglesia Oude Kerk (de hecho compartiendo espacio por su parte posterior), es extraño ¿no?, la explicación –aún mas surrealista- es que el objetivo era que los marineros volvieran a sus casas alividos en cuerpo y alma ¿¿¿eeeiiiiiinnnn???? Bueno, es una explicación como cualquier otra, ja,ja.

Subiendo el canal Oudezijds y ahora Zeedjik se llega al barrio chino, y desde allí bajar a Nieuw Mark (anteriormente llamada Plaza de las Torturas) nos dijeron que Napoleón llego a tener 7 guillotinas para poder abarcar 40 decapitaciones diarias, de ahí la calle "Bloed Straat", foto a la torre "The atrium anatómicum" en el Waag, donde el Dr. Tulp subía los cadáveres no solicitados para poder estudiarlos y a su vez dar las lecciones de anatomía, inmortalizadas en un cuadro de Rembrandt.

Según nos dicen, en la 1ª G.M la reina Guillermina vendió armas a los dos bandos y así además de enriquecerse se alía con ambos, llegada la 2ª G.M. hace lo mismo pero Hitler le pide a cambio una ciudad, ella no cumple y los nazis vuelan el 70% de Rótterdam, deportan masivamente judíos en la Pz. Waterloo y la reina huye a Inglaterra.

Ahora bajamos por el canal Koveniersburgwal y tomamos a la derecha por Bethanien hacia el estrecho canal paralelo para llegar al Museo de la Marihuana, aquí nos extendemos en una explicación acerca de las drogas blandas y los beneficios de las mismas, la política permisiva que aquí impera con este tema y con la homosexualidad. Está tolerado plantar una determinada cantidad por cada miembro familiar, y los cofee-shop venden sólo si lo pides expresamente, para no inducir al hábito a nuevos consumidores.

A las 14h terminamos en un restaurante de comida rápida que da a Rokin y a Kalverstraat, yo empecé a quedarme helada cuando paramos en el Museo de la Marihuana y ahora tirito abiertamente, no hace tanto frío pero es que soy extremadamente friolera y temiendo ponerme enferma –que me conozco- me despido muy a mi pesar, del guía y de un grupo de chicas con las que he compartido todo el camino y me voy volando al hotel a abrigarme y entrar en calor. Bien que lo siento porque me quedo sin la mitad de la ruta, pero es mejor así. De camino veo el Museo de Historia Judía y busco por los alrededores la Sinagoga Portuguesa, por la tarde el guía de la mañana me dice que está muy escondida. Como en Karlverstraat y al hotel.

A las 17h vuelvo a salir –ya con mas abrigo- para terminar de ver lo que me falta: el Muziektheater (que abarca el Teatro de Música el Ayuntamiento) resulta que es aquel edificio grande y redondo que vi ayer sin reconocerlo, intento obstinadamente y sin éxito encontrar la Sinagoga Portuguesa, cambiando totalmente de rumbo me dirijo a Singel para ver la casa mas estrecha de Ámsterdam -en realidad es la fachada posterior de una casa algo mas ancha- (foto izq), por Singel se ven muchas vitrinas como en el barrio rojo. Y ahora a volver a recorrer la Haarlemmerkijk que anoche lo pude ver pero escasamente, hay casas bonitas y tiendas muy curiosas.

Debo estar en la Estación a las 18,45h, porque es el punto de partida del tour del barrio rojo, este cuesta 10€ y me interesa ver esta zona con alguien que vaya explicando cosas. Son las 18h así es que recalo en Dam y paseo Karlvestraat, aprovecho para comprar otro collar en la tienda donde ayer me compré el otro.

¡¡¡¡¡Vaya chasco!!!!!, llego 15 minutos antes, y tras la espera con frío en la plaza de la Estación, aparece a su hora el guía, pero… los tour requieren un mínimo 5 personas y somos 3… ¡¡¡¡No hay tour del barrio rojo!!!! ¡jopé! ¡y mira que me resultaba curioso verlo! Me voy sola, pero no tiene la misma gracia. No hay ningún problema de inseguridad, ni aún metiéndote en los estrechos callejones, pero después de ver 15 vitrinas, ya me he cansado de ver lo mismo –que por otro lado, no deja de ser una chica metida en una vitrina con luces rojas, vista una, vistas todas- además prohibidísimo hacer ni una foto por la curiosidad para traerla de recuerdo, así es que deambulo y deambulo, me vuelvo al barrio chino, al Jordan, a recorrer los canales, a la plaza Spui –tan animada durante el día y casi vacía a las 20h, aprovecho para sacar la foto del edificio MButtinghausen Fotografie Artistique, que lo vi de día y me gustó mucho pero era imposible la foto de tanta gente que había en la plaza-.

A las 20,20h ya estoy de nuevo en Dam, por ser la última noche me resisto a irme a dormir, si estuviese Juan Carlos o con alguna amiga nos quedaríamos en una terraza de Jordan a pasar el rato, pero sóla no me apetece. Así es que, después de muchas vueltas por una calle, por otra, ahora subir este canal, ahora bajar este otro, y tras mucho tontear, decido finalizar la aventura de Amsterdam, snif, a cenar en cubierta y a dormir.


Día 29 Martes: FIN VIAJE:

Hace frío, me levanto algo mas tarde y tras tomar un buen desayuno salgo a las 10h. A las 10,15h ya estoy en la estación. Como voy a pagar con tarjeta (no en efectivo) me envían a una sala de espera con 4 ventanillas operativas (de las 14 que hay). El tren saldrá a las 10,54h, llevo 30 minutos aquí, son las 10,45h y aún estoy esperando…. ¡que no lo cojo, eso es seguro! Realmente sale cada hora así es que si lo pierdo no hay que abrirse las venas, pero prefiero tomar este. Visto la hora, se lo hago ver a una amable señorita que reparte los números de espera y que además habla español, y me da otro de ventanilla urgente, así es que –después de todo, y contra todo pronóstico, pequeña carrerita incluida- ya estoy subida en el tren de las 1,54h que llegará a la Gare Midi de Bruselas a las 14h, por el camino veo cosas curiosas, como una mezquita de un pueblo, me resulta curioso porque en un mes estaré viajando por Egipto y veré muchas mezquitas.
Llegando a Bruselas, nada mas salir –en la rue France- se coge el bus que me llevará al aeropuerto de Charleroi, me sobran 2 horitas pero –equivocadamente- prefiero gastarlas en el aeropuerto, un error porque la Gare du Midi y sus alrededores ofrece mucho mas que el interior del aeropuerto de Charleroi, que no tiene mas que un bar, pero bueno, no importa. Tras un agradable vuelo llego a Barajas, en la puerta está esperándome mi madre con su mejor sonrisa. Fin del viaje.
Como en el resto de entradas. Si alguien quiere dejar un comentario, será muy bien recibido.

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