sábado, 12 de abril de 2008

VIAJE USA 2003

VIAJE a la COSTA ESTE DE ESTADOS UNIDOS en Octubre 2003

WASHINGTON, FILADELFIA, NUEVA YORK


WASHINGTON

En Octubre de 2003 me fui con mi hermana mi cuñado y el nene, a Washington en una zona residencial llamada Reston Town (foto), es una casita de planta baja muy bonita, muy bien comunicado por bus con el centro de Washington, y al lado de un centro comercial y de ocio que me encanta porque es muy abierto, – no es un mall, es un centro comercial, que no es lo mismo- tiene restaurantes, cines, zona de patinaje, se puede pasear, o sentarte a tomar un helado en la fuente central, tiene varias tiendas que es por lo que me gusta, reconozco que estoy enamorada de una tienda en concreto, se llama ArtCraft y venden obra menor de artistas, como muebles totalmente pintados como si fueran un lienzo y otras cosas mas pequeñas y por tanto más económicas, la primera vez que fui en el 2003 compré un pescador pendular que todo el que viene a casa se fija en él porque es muy original, al año siguiente, 2004, volví por allí y en esta ocasión cayeron unos posavasos de cristal y un calidoscopio de madera tallada que consigue las figuras a base de prismas no de cristales que se muevan…

Muchos días tomábamos el autobús y el metro para visitar el centro de Washington, ya he dicho que el autobús es cómodo y rápido, y el metro es el más cuidado y bonito que he visto hasta ahora, con decir que está enmoquetado en tonos pastel azul y salmón y que no hay una mancha se dice todo, la gente super civilizada y amable con el tema de asientos, modo de sentarse, ruido… en fin, toda una demostración de civismo, ahora siento no haber sacado foto del metro porque me hubiera gustado.


El centro, desde el Monumento a Lincoln al Capitolio, es fácil de recorrer porque está todo muy concentrado pero si uno se entretiene en entrar en los Museos Smithsonian puedes dedicar varios días porque hay muchos, por cierto, los Smithsonian son gratuitos pues su finalidad es “el aumento y la difusión del conocimiento”.




Aunque la Institución Smithsonian es el complejo de museos mas grandes del mundo, aquí en la explanada “el Mall” cuenta con 9 museos, uno de los que verdaderamente me impactó fue el del Aire y del Espacio, tiene 3 cápsulas de reentrada pilotadas de distintas misiones, que ahora no me acuerdo qué misiones han sido, pero que me impresionaron, se ven las quemaduras que la entrada en la atmósfera ha hecho sobre las cápsulas, una es de un solo ocupante, las otras de dos, eso fue lo que más me gustó, además en sus 23 galerías exhibe cientos de aviones entre ellos el de los hermanos Wright de 1903 o el Spirit of St. Louis, naves espaciales como el laboratorio espacial Skylab, o el Módulo de mando del Apollo 11, misiles, cohetes y otros artefactos como el vehículo de prueba del Telescopio Espacial Hubble, como es evidente esto es un museo, no son reproducciones son los originales. Tres años después, en 2006, he tenido la satisfacción de poder ver otras aeronaves espectaculares en Cabo Kennedy (Orlando) pero estas eran las primeras que veía, y desde luego me encantó.





Algunos Smithsonian además tienen una fachada muy bonita, es el caso del Castillo donde se encuentra la sede de la administración o el de Artes e Industrias. Además hay otras instituciones no Smithsonian, como la Galería Nacional de Arte (foto derecha) y su Jardín de esculturas (foto izquierda), que es una delicia pasear.







De otros monumentos conocidos y no tanto, los Memorial famosos de Lincoln, Washington, Jefferson que parece un templete al otro lado del lago, la Casa Blanca y muchos mas que pueden localizarse en cualquier guía, hicimos la visita al Capitolio y me gustó mucho, tiene una cúpula altísima en la rotonda, cuyo interior está pintado por Bruimidi, que también pintó otros salones y corredores, en realidad creo que si se va con poco tiempo no merece la pena ver el interior del Capitolio (a no ser que seas historiador o un americano muy patriota en cuyo caso sí tiene mucho sentido) porque había que hacer una larga cola para entrar, pero insisto que me gustó. El conmemorativo a la guerra de Corea se compone de varias figuras de soldados a tamaño natural sobre el cesped. La Casa Blanca también se puede visitar y además es gratuito, no lo hicimos porque la cola nos desalentaba, además abre sólo 2 horas, de 10 a 12 h de martes a sábado y..., la verdad, en ese momento no lo considé interesante, pero si vuelvo por tercera vez la veré seguro porque ahora sí me apetece.










Un día hicimos excursión a Mount Vernon, donde vivió George Washington desde los 22 años hast
a su muerte 45 años después en 1799, y se ve exactamente igual a como quedó aquel año, salvo en el tamaño que actualmente ha quedado reducido a unos 500 acres. Si se lleva tiempo es obligatorio verlo porque, a mí al menos, me resultó interesantísimo ver las distintas habitaciones de la mansión, las dependencias de los esclavos, los establos, los huertos, frutales y viveros, Washington fue un agricultor pionero, las explicaciones que te dan son fantásticas, así descubres que era un adelantado a su tiempo pues, a pesar de tener esclavos como era lo habitual, al parecer ellos tenían elección de irse o quedarse allí completamente atendidos, algunos se iban pero los que se quedaban... esclavos pero no tanto, cuando se casaban se les daba dependencia aparte si así lo querían, cuidaba de mantener Mount Vernon autoabastecido… en fin que, me cae muy bien, suponiendo que todo eso sea verdad.



Otro lugar al que fuimos frecuentemente, y del que tengo una anécdota algo cruel, es Old Town Alexandria. Es un pueblito precioso al sur de Washington DC y a orillas del rio Potomac. A Alexandria se puede llegar en metro, en el mismo que cogemos para ir al Mall de Washington – ya he dicho que está todo absolutamente bien comunicado-. Realmente no es tan pequeño, pero para las visitas turísticas se reduce a un rectángulo que comprende una calle que sube desde el río que es King Street y otras 7 perpendiculares de las que sólo es de visita turística obligada la primera o segunda manzana desde King Street, de modo que el recorrido queda muy reducido, aunque no por eso es rápido porque además de los museos, iglesias, y edificios pintorescos, cuenta con un muelle pequeñito pero donde puedes quedarte un buen rato paseando y disfrutando de las vistas, y el colofón lo pone la cantidad de pequeñas (y no tan pequeñas) tiendecitas dedicadas las más humildes a pequeños regalos artesanales y las mas prestigiosas son galerías de artistas que exponen sus pinturas y esculturas a la venta, como la “Torpedo Factory” que acoge 6 galerías donde exponían 83 artistas en aquellos días. Aunque no compres, es una gozada entrar en todas las tiendas, y por supuesto en esta galería, y disfrutar con tanto arte junto. De recuerdo compré ese año, un cristal emplomado para la ventana, que me encanta, allí es habitual pero aquí es una originalidad. Al año siguiente mi hermana me regaló un portarretrato pequeño decoradísimo y muy elegante de cristales e imitación a piedras preciosas, igual a otro que le había traído yo a mi madre este año, luego me arrepentí no haber comprado otro para mí, pero tengo una hermana que vale un tesoro y me lo regaló después.

De la anécdota cruel da fe una foto que incluyo. Coincidí allí con el Huracán “Isabel”, incluso en España se habló de él en las noticias porque venía muy fuerte. Es el único huracán que he pasado y para mí todo era una novedad, toda la población llevaba días preparándose: haciendo acopio de alimentos, asegurando partes móviles, y en fin tomando conciencia de lo que se venía encima, nosotros también lo hicimos como es natural. Dos o tres días antes de su llegada, paseando por Alexandria vimos todo un despliegue de la policía repartiendo sacos llenos de arena, supongo, y en todas las casas gente poniéndolos en las entradas de sus puertas y ventanas bajas, era una actividad febril, la foto de la que hablo está tomada en la calle, delante de una pared improvisada de madera que realmente esconde el escaparate de la tienda “Chicos” y un cartel en que pone “estamos abiertos, y preparados para Isabel” no sea que no lo leas y creas que han cerrado, porque como no se ve la tienda detrás... Bien, “Isabel” pasó por la casa sin pena ni gloria, supongo que por ser una urbanización muy resguardada y la casa en concreto mucho mas debido a su orientación que ahora no viene al caso, aquella noche separé la cama de la ventana por que había un arbol muy próximo y era muy probable que pudiera ser peligroso, y en fín, todos nos acostamos con cierto temor, la cuestión es que a la mañana siguiente viendo que los únicos efectos eran que no teníamos electricidad –cosa que no me parecía para tanto-, pensé que… ¡vaya tontería de huracán! y no paraba de ironizar con el “susto” tan grande… ja,ja,….. Cogimos el coche para ver los alrededores y…. ¿ja?...¡que horror! Carreteras con socavones (ojo, que las carreteras estadounidenses no son cualquier cosa, que están hechas de hormigón, pues aún así), fuimos a Alexadria y quedé horrorizada: árboles inmensos arrancados de cuajo y aplastando viviendas, otras casas parcialmente destruidas…, tremendo, menos mal que en esos barrios la población había sido desalojada la noche anterior, pero… ¡de ja,ja, nada!. Moraleja: mejor no opinar ni hacer chistes antes de saber el alcance de algo.


FILADELFIA

Mi hermana siempre se esmera por enseñarme distintos estados, que ella ya conoce, cada vez que estoy allí para que yo disfrute más, y en esta ocasión vamos unos días a Filadelfia.. Es la ciudad más grande de Pennsylvania, a mitad de camino entre Washington y Nueva York.
Hemos ido en coche, y la primera mañana nos pasamos un buen rato entrando y saliendo por la frontera con Nueva Jersey a través del Puente de Benjamín Fanklin, pero porque estamos perdidas y no hay modo de salir de ese laberinto…y puente para allá y vuelta para acá, y otra vez allá y vuelta… eso sí, cada vez que pasamos el puente, hay que pagar o sea que mi hermana en estos momentos está encantada, no tanto por el precio sino porque no hay modo de ir donde queremos que es el centro, las indicaciones de las calles… ¿he dicho indicaciones, del verbo "indicar"?.





Una vez pasado el mal trago, empieza lo bueno. Filadelfia es preciosa, pero sobre todo está cargada de historia por tratarse de la ciudad cuna de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Lo primero que hicimos fue coger el típico autobús turístico para ver de una pasada toda la ciudad y no me defraudó. La ciudad combina viviendas restauradas del siglo XVIII con grandes edificios construidos en metal y vidrio.







Empezam
os por el complejo”Independece Nacional Historical Park”, con “Independence Hall”(foto derecha), famoso por ser escenario de la Declaración de Independencia y de la redacción de la Constitución de los estados Unidos, “Liberty Bell” la famosa campana rajada que constituye todo un icono de la libertad, “Declaration House” reconstrucción de la casa donde Jefferson redactó la Declaración de Independencia, “Carpenter’s House” lugar de reunión del Primer Congreso Continental en 1774, aún pertenece al gremio de carpinteros, “Congreso may” lugar de reunión del Congreso de los EEUU desde 1790 a 1800, además de otros como: Casa del Obispo White, Casa Todd, Casa de la Ciudad, Centr de la Constitución Nacional, Museo Militar New Hall, Galería de Retratos, y Casón y jardines de Franklin que incluye un Correo además de un museo subterraneo y una exhibición arquitencónico-arqueológica, la “City Tavern” que es una reconstrucción de la mejor taberna de la América revolucionaria .





La visita turística continua por Betsy Ross house cuya familia es la creadora de la primera bandera estadounidense, National Constitution Center, Chinatown, Hard Rock café, Cty Hall, Catedra de San Pedro y San Pablo, Museo de Arte, Museo Rodin, la primera carcel estatal donde estuvieron presos Al Capone y Willie Sutton, el zoo, Museo de Ciencia Franklin, Logan Circle, Kimmel Center, Conmemorativo de veteranos del Vietnam, Penn´s Landing (foto abajo derecha) muy agradable de pasear pues está en la ribera del río Delaware que separa Filadelfia de Nueva Jersey, y regreso a Independence Hall.
En muchas de estos recorridos, por ejemplo en la casa de Franklin y en Independe Hall, se encuentran por la calle figurantes vestidos de la época.



Hablar de Filadelfia es hablar de Benjamín Franklin, inventor, científico, diplomático, humorista y estratega, tal y como lo definen por allí, tengo una revista especializada en él y lo ponen por las nubes, supongo que muy bien merecido, vi sus inventos y fue muy interesante, allí estaban: las gafas bifocales, la batería eléctrica, la armónica, etc.








Aquí se han rodado varias películar, como "Cazafantasmas" y "el 6º sentido", dejo foto de los edificios usados en las dos.











Ojo con salirse del centro de Filadelfia, nos hospedábamos en el hotel Double Tree que es estupendo y seguro, pues al volver de una cena se lo pasaron de largo y un poco mas allá se encontraron metidos en un gueto, con ventanas entabladas y policia haciendo ronda, y en fin, ambiente peligroso, llegaron al hotel donde les esperabamos el nene y yo, con un buen susto en el cuerpo… ¡quién lo iba a decir!
De Filadelfia me traje una preciosa gárgola, la compré en la tienda Mineralistic.




NUEVA YORK

Y al final del viaje… Nueva York. Aunque el relato lo empiezo en Washington, la verdad es que mi escala primera fue Nueva York, allí me esperaban mi hermana, mi cuñado y el nene para pasar unos días en Manhattan, -ellos por supuesto ya lo conocían como siempre-, y desde allí seguir a Washington. El hotel fue una desilusión porque era viejo y pequeño, sin embargo me gustaba su ubicación porque estaba a la altura de la 80 u 86 es decir, en el elegante Upper West Side, pero sólo estuvimos un día porque el peque se puso malo y hubo de irse a Washington.




La noch
e de la llegada paseamos Broadway hasta Central Park South, y cenamos unas costillas barbacoa en un Hollywood, creo recordar, donde coincidimos con otros españoles en la mesa cercana. Al día siguiente mi cuñado se llevó al nene a ver dinosaurios al Museo de Ciencias Naturales y mi hermana y yo nos dedicamos a patear las calles y conocer… me impresionó, más que ninguna otra ciudad en el mundo (de las que haya conocido hasta ahora, que son pocas).








Cuando estaba acabando mi viaje de un mes, mi hermana se apiadó de mí porque yo estaba desconsoladísima por dejar el país sin haber conocido mas Nueva York, y me hizo uno de esos regalos que no se agradecen suficiente, reservó 2 noches de hotel -este mas que aceptable y en pleno Madison Av, a la altura del Rockefeller Center-, y me llevó a conocerlo. ¡Que maravilla!, Manhattan es flipante. Como mi vuelo salía por la tarde, tuvimos 2 días y medio y los aprovechamos a tope, primero tomamos el ferry que lleva a Staten Island que es gratuito y ofrece unas vistas estupendas de la Isla de Ellis y la Estatua de la Libertad, después cogimos un autobús turístico de 48 horas y vimos todo, todo, todo, eso sí muy rápidamente pero lo vimos, la mañana del tercero, y gracias al rapidísimo metro neoyorquino, del que no se puede decir que sea bonito ni extremadamente limpio, pero eficaz es un rato, la dedicamos a volver a visitar muchos sitios y comprar mi recuerdo de Manhattan que es el más preciado de todos los que tengo -no por su valor económico que por supuesto no lo tiene- un reloj que en realidad es una pequeña obra de arte, comprada en Animazing una galería que me encanta, donde se vende obra menor de artistas del Soho, es del mismo estilo que la ArtCraft de Washington que me gusta tanto.











Por cierto, hacía un frío que yo, que soy muy friolera, no sabía como aguantar, me tuve que comprar unos pantalones calentitos
y unos guantes, me ponía un foulard por la cabeza… pues así y todo helada, en las fotos en la terraza del Empire State se me ve con los pelos al aire, en el autobús mi empeño era ir en la plataforma descubierta de arriba para poder ver bien los rascacielos y todo, con aquel frío iba vacía pero merecía la pena acabar congelada, mi pobre hermana dándome gusto y helándose también y eso que ella ya lo conocía, pero…
Estos días fue una primera toma de contacto, en realidad una segunda pues ya habíamos pasado día y medio al principio del viaje, después he tenido la oportunidad de conocerlo como la palma de mi mano porque en 2004 JC y yo hemos vivido allí casi 6 meses, hasta tal punto nos gusta. El relato de NY está pormenorizado en el viaje de 2004 y muchas mas fotos allí.

Y aquí termina el viaje de un mes a Estados Unidos en 2003. Como en los demás, agradezco de corazón, a mi hermana y mi cuñado el acogerme con tanta amabilidad en su casa y el llevarme a mas Estados para que yo conozca otros sitios, pero además en este caso concreto, mi hermana merece un diez porque se ha esforzado muchísimo -sólo yo se cuanto- en darme gusto y que no acabase mi viaje sin ver Nueva York. Muchísimas gracias hermana, eres un cielo.

Como en el resto de entradas. Si alguien quiere dejar un comentario, será muy bien recibido.