Es una delicia poder estar tomando el sol en bañador en el jardín y la piscina de la casa, -mas aún si tenemos en cuenta que estamos en Diciembre, y que además en estos días hay una ola polar que azota a toda Europa-, y por supuesto poder disfrutar de la cercana Playa de Fort Lauderdale
el aspecto del turismo quedaba en segundo plano. A pesar de esto, y de la complicación de vida que han tenido durante estos días mi hermana y mi cuñado, hemos podido visitar lo mas conocido de esta zona sur de Florida.
Algo muy característico de la vida Americana, es la cantidad de actividades infantiles que hay en cualquier sito, el mundo de los niños tiene mucho peso allí, en esta ocasión nos hemos acercado a pasar la tarde en el centro “Wannado” que es un Las Vegas en pequeño cuyo interés no es la recreación de sitios del Mundo (como en las Vegas) sino las distintas actividades laborales a las que los niños pueden jugar (puedes ser veterinario, o policia, o bombero, o piloto de aviación…) se lo pasan estupendamente dentro de una ciudad hecha a su medida, se puede comprar un pase anual (mi sobrino lo tiene) y con el los “ciudadanos” pueden entrar libremente, ganar dinero al salir de una atracción –es el salario por el trabajo que han realizado en esa atracción, por ejemplo por haber apagado un fuego, o haber pilotado un avión-, y gastar ese dinero -válido sólo en la ciudad- en la tienda que hay a la salida.
Un día hemos ido a comer a Boca Ratón, en concreto a una lujosa zona comercial –entrar en cualquier tienda es prohibitivo, pero curioso… un detalle: vimos una tienda atestada de gente y con la ropa en plan rastrillo (es decir, tirada al montón en los muebles del centro, cosa inusual en este tipo de tienda) y entramos para verlo, ¡alucinante! la ropa no bajaba de 300 $ cuando eran una simple camisa o similar, subía si era algo mas vestido, eso lo encontrabas sacando la prenda del montón mientras conseguías abrirte un hueco entre la clientela… lo que digo… ¡mi reino no es de este mundo! Ja,ja..
Comimos en un restaurante muy chulo, unas bolas de carne de cangrejo con su buena guarnición. Y después nos acercamos con el coche hasta la orilla del mar.
Viaje a Key West
Como descubrí en los últimos días, algunas excursiones salen tempranísimo de Miami, recorren los Cayos durante 5 horas (lo que hicimos nosotros en coche), llegan hasta el final (Key West) pasean un poco por allí (es sólo una calle larga que termina en el Muelle), y vuelven anochecido a Miami.
Nosotros lo hemos hecho mucho mas pausado, aunque también hay que decir que cien veces mas caro por el hotel -porque nos hemos hospedado en el Waldorf Astoria y el precio no quiero ni ponerlo, pero bueno, estamos aquí y nos merece la pena ir a conocerlo, así es que está todo bien-.
El trayecto es muy bonito, con agua a ambos lados de la carretera: por un lado el Océano y por otro el Golfo de México, y así durante las últimas 4 horas de camino. Empezamos viendo un poco de Everglades (pues los estamos atravesando en dirección al sur), de hecho es aquí donde he visto la zona de manglares. Y seguimos por Isla Morada, Cayo Largo… he tirado desde el coche unas 100 fotos, que después he tenido que seleccionar porque son todas iguales: carretera y agua a derecha e izquierda.
El nuevo puente “de las 7 millas” es una obra de ingeniería fantástica que ha venido a sustituir el viejo puente de piedra que sigue ahí –paralelo al nuevo-, aunque como dijo mi cuñado, no es de los mas grandes de América, y eso es verdad, recuerdo los puentes que atraviesan los Bayous de Luisiana para llegar a Nueva Orleáns y eso sí que es una pasada, pero (si no comparamos con nada mas) lo cierto es que este larguísimo puente es una gran obra de ingeniería.
Como hemos salido de casa a las 12,30h, y hemos parado a comer en el camino, llegamos a Key West a las 18h (una pena, porque queríamos llegar como máximo a las 17,30h para observar desde Mallory Square la puesta de sol que es famosa, aunque me hubiera gustado, lo cierto es que tampoco me importa, -porque ya en otros lugares del blog he expresado mi opinión respecto a las puestas de sol- que las famosas es porque son preciosas, pero en muchos sitios son preciosas y no tienen tanta fama… en mi casa mismamente, je,je)
Llegamos y vamos directamente al hotel a asearnos, y ya a recorrer un poquito Key West mientras vamos buscando un restaurante para cenar (por segunda vez he comido cocodrilo frito, la primera fue en Londres hace unos años).
Al día siguiente, desayunamos en el buffet (enclavado en un sitio espectacular), unas fotitos en la playa del hotel,
y a recorrer la ciudad –que realmente se reduce a la calle principal, Duval-, entrando en alguna tienda, comprando algún recuerdito, haciendo mil fotos… llegamos al muelle para tomar el barco de fondo de cristal que nos llevará a ver el arrecife de coral, este es uno de los motivos por los que quería venir aquí (nunca he visto un arrecife de coral in situ),
anoche señalizamos la reserva de los asientos para asegurarnos el barco esta mañana, pero… en la caseta nos informan de que hay mar revuelto y no vamos a ver nada de nada, que desistamos…. ¡Jopé, pues esto sí que me a hecho pupa! Porque puestas de sol he visto cientos pero nunca un arrecife de coral…. Bueno, habrá que conformarse –no queda otro remedio-, así es que seguimos paseando por el muelle y por Mallory Square.
Comemos en un restaurante del muelle, (como en el resto del viaje, varias veces en casa y desde luego siempre que hemos salido he comido o cenado a base de marisco –que me encanta-, pero de todas las comidas… la que mas me ha gustado ha sido aquí, lo he disfrutado mucho), por cierto que el restaurante se llama “Blue fish, red fish”… e inmediatamente me ha recordado al cuento del Dr. Seuss (hace unos años en Orlando me subí con mi sobrino –en el área del Dr. Seuss- a la atracción del cuento “one fish, two fish, blue fish, red fish”) y al ver el nombre me ha venido a la memoria, pero no… no he encontrado a los otros peces, ja,jaaaa.
Y de regreso pasamos por la otra "Casa Blanca" y me hago la foto de rigor por la curiosidad de poder compararla con la otra que me hice hace unos años en la Casa Blanca real -la de Washington DC- (es broma, no hay comparación porque no son similares, es sólo que desde aquí también han gobernado varios presidentes en distintas épocas del año)
Les comento que sé que de camino (en Los Cayos) hay un resort que tiene delfines en una piscina natural (sólo separada del mar por unas telas metálicas que no ves, por lo que la ilusión óptica es estar en el mar), y que se puede nadar con ellos. Así es que como aquí no queda nada por ver, nos vamos de regreso a casa.
Duck Key
Pues ha sido fácil encontrar el resort, y aquí estamos. Es precioso y está muy animado, tienen varios delfines juguetones que no paran de saltar (aunque en las fotos no han salido bien). Nos hemos tomado una cerveza aquí y hemos seguido camino a casa, parando a cenar en nuestro restaurante cubano preferido (marisco, como no).
Los Everglades
Venir al sur de Florida con suficiente tiempo y no ver los Everglades debería estar castigado, je,jeee… porque ¿Qué otro sitio en el mundo tiene esto?.
Los Everglades tienen tanta extensión que hay varios accesos (mas al norte por 2 carreteras paralelas, y justo al sur por la entrada del parque nacional que termina en Flamingo y creo que es la mas salvaje y espectacular), nosotras hemos entrado por una de las paralelas (la Tamiami) porque la del sur está demasiado lejos, en la foto es el lateral derecho de la Tamiami (parece que ha habido un incendio eh?).
La visita ha sido muy curiosa, principalmente por la experiencia de atravesarlos en el airboat (esa lancha plana con motor de hélice en la parte trasera), lo hemos cogido en la reserva de los indios “Miccosukee” y nos han llevado a la actual reserva (que es un promontorio de tierra en mitad del agua),
esperaba encontrar sólo agua (porque mi cuñado nos ha dicho que por la zona de vegetación no meten a los turistas para no destrozarlo) pero no ha sido así, hemos ido por caminos abiertos entre la vegetación que surge del agua, y a veces por encima de dicha vegetación, que en esta zona son nenúfares y otras plantas con raíces mas o menos finas que se sustentan y nutren del agua, no los manglares con raíces leñosas que vi en la zona sur cuando íbamos camino de Los Cayos… muy curioso, me ha gustado (todas las fotos son sobre el agua, aunque algunas parecen sobre tierra por la vegetación).
Llegamos a la reserva, y bueno… es un poco turistada, pero bueno… paseas por unas pasarelas de madera desde donde se supone que puedes ver los cocodrilos y caimanes que hay por allí, y de hecho te previenen de que andan sueltos y que no los toques (menos mal que me lo han avisado, si no... los toco... que es que... como diría Paco Martinez Soria: ¡qué celebro, madre, qué celebro...!ja,ja,jaaaaa
pues no hay ni uno, y -para que te contentes- tienen un pobre ejemplar confinado en un fosito que casi ni se mueve, debe estar hasta el pico de la boina de tantos turistas hacinados allí en 2 metros y venga a tirarle fotos, pero -claro- es que es el único que ves… es a él al que puedes fotografiar, también había otro escondido en el agua que casi no se dejaba ver (es lo que tiene no estar confinado, que -si no quieres- no estás), ha estado bien.
Y la vuelta ha sido la monda, todo lo modosito que ha sido el chaval que llevaba el airboat a la ida (despacito, permitiéndote ver las muchas aves que habitan los Everglades), a la vuelta la atracción consiste en ir a toda pastilla y derrapando, hasta el punto que –en ocasiones- al final de un derrape, avanzas de lado durante unos metros. A veces avanza por un sitio impracticable (ver foto arriba) y va abriendo camino a toda pastilla, la primera fila de la lancha han salido empapados y en ocasiones las ramas que el airboat iba rompiendo saltaban con fuerza. Nos ha gustado, aunque confieso que temía que aquello volcase y de repente pudiera yo ver todos los cocodrilos que no había visto hasta el momento, ja,ja.
El úncio cocodrilo que hemos visto en libertad estaba en el canal al lado de la salida de los botes (supongo que a espensas del restaurante que está ahí mismo, o quizás está atado por una pata y no lo sabemos,ja,ja,jaaa... es broma)
Bayside de Miami, y paseo por Oceans Drive
Llevo días pensando en esta visita porque me apetece muchísimo. Tomaremos el barco que recorre la bahía de Miami, pasa por la isla donde se ubican las casas de los famosos (cantantes, doctores, etc). Y después nos acercaremos a Oceans Drive, para ver los hoteles art-decó (me gustaría con luz diurna) y después pasearlo de noche para ver la iluminación y el ambiente nocturno.
Salimos de casa a las 14,30h y estamos en la caseta de los barcos a las 15,30h, nos dicen que en el próximo barco no puede ser y debemos esperar al de las 17h (salen cada hora)… ¡mala suerte! Aprovecharemos para pasear por el muelle (un mall muy animado).
Afortunadamente nos hemos quedado esos 15 minutos por alrededor de la caseta, porque finalmente nos llaman para tomar el de las 16h (como queríamos). Durante este rato he aprovechado para sacarme una foto con el tiburón de plástico que hay colgado allí, para compararla con la otra que me hice en Orlando en la que estoy con la cabeza metida en las fauces del otro tiburón que colgaba de allí… si es que parezco mayor, pero en el fondo no he crecido, y me gustan siempre las mismas tonterías, ja,ja,jaaaa… ¡cómo me gusta monear!
El paseo en barco es de lo que mas me ha gustado, ¡menudas casas! y separados de todo el mundana ruido (que la mayoría de ellos lo que hacen es música, y de esa no se separan nunca, je,jeeee,).
Lo que sí hemos comentado es que –al final- tienen un pedazo de casa, rodeados de su mundo y su tranquilidad, pero tienen que aguantar la visita de varios barcos cada hora y millones de fotos a sus ventanas, -por cierto que ellos también siguen la moda general de no vallar las propiedades- con lo que desde el barco tienes acceso a la vista de toda la zona frontal, ni qué decir tiene que no harán la vida allí –estaba desierto-, supongo que tendrán un buen jardín hacia el interior y esa zona será la que utilicen.
También te llevan hacia otra isla muy exclusiva (donde los apartamentos cuestan 400 millones de dólares… -que no puedo ni pensar en cuanto puede ser eso-, y chalets unifamiliares que ya ni me lo puedo imaginar), a esta isla sólo se puede acceder por barco y por helicóptero, así es que supongo que tendrán todo un mundo privado en la propia isla, para poder vivir casi de espaldas a Miami.
He sacado una foto curiosísima: una señora de avanzada edad paseando a su perrito, pero es que iba en bata, en este mundo de lujo y glamour… ¡por la calle, en bata! … repito: mi reino no es de este mundo, no entiendo nada.
Bajamos del barco y mi madre propone cenar algo por el muelle, pero yo recuerdo que tengo mucho interés en ver Oceans Drive con luz diurna también (lo he dicho desde que organizamos hace días esta visita, porque quiero ver los hoteles art-decó), así es que vamos al parking a retirar el coche para ir hacia allá, y… ¡no me lo puedo creer! Hemos entrado con luz y salimos el parking a oscuras…
Pues me quedo sin mi visita diurna… bueno, como ya he dicho en otras ocasiones, me conformo porque todo está bonito, pero… bueno.
Llegamos a Oceans Drive y aparcamos en la paralela a la altura de la calle 10-11, en Oceans Drive ya hay bastante gente cenando, aunque dice mi hermana –que ella ya lo conoce- que será pasada la media noche cuando cambie al ambiente mas mundano que le da fama, allí encuentras de todo, gente que quiere ver y ser vista, un muchacho con sus serpientes enredadas al cuello, el otro haciendo no sé qué..., ahora es sólo gente sentada en las terrazas cenando. Hemos caminado un poquito y dado por terminada la visita.
Fort Lauderdale (Las Olas Bulevard)
Esta ha sido una visita rara, hecha el último día antes de volver a Madrid, ya habíamos ido unas horitas, al principio del viaje, a la playa de Fort Lauderdale –a la altura del mall “Las Olas”-, pero estuvimos sólo sentados un poquito en la playa, no recorrimos el mall por falta de tiempo.
Le pido a mi hermana si nos puede llevar a un sitio que recordamos del año 2002 que nos gustó mucho (tenemos foto) y era un mall a pie de muelle, donde estuvimos merendando en un restaurante llamado Uggly Tuna, viendo el agua y al fondo a la derecha se veía un puente levadizo (como todos aquí) que creía recordar que era para el tren. Esta mañana hemos estado buscando en Google, y –no encontrándolo- nos hemos decidido a venir aquí (por si es este sitio)… y no, no es, pero el paseo está súper bonito, es una pequeña calle con tienditas (del tipo de las de Boca Ratón) y he aprovechado para comprarme un collar precioso además de otros recuerditos.
ULTIMAS IMPRESIONES:
Florida (como el resto de USA) es un paraíso para las compras -si viviera allí me arruinaría-, he comprado: 7 pares de zapatos “Clarks” y “Naturalizer” ¡7 eh!, 8 vestidos, 4 pantalones, 2 jerséis, 5 blusas y 1 chaqueta, y un bolso, y mi madre también ha comprado lo suyo… y por supuesto muchas cremas y perfumes (que somos mi madre y yo, y merece la pena el precio de aquí), Juan Carlos ya me dijo que llevara la maleta vacía y cargara allí, yo le hice caso –aunque sólo a medias-, y mi hermana nos ha tenido que dar una bolsa de viaje (que va sólo con zapatos), y las otras 3 maletas que iban vacías han vuelto a punto de reventar.
El clima de Florida es impresionante, me encanta, aunque estos días también ha hecho frío –cosa inusual- pero es que la ola de frío está azotando en todo el mundo, al menos aquí no hay las inundaciones que está habiendo por todos sitios –incluida España-.
El objetivo del viaje se ha logrado perfectamente, esto es, pasar las Navidades y Reyes aquí con la familia (salvo Juan Carlos que se ha quedado en casa… ¡no hay dicha total!, aunque nos hemos visto por la cámara a cada rato, igual 10 veces o mas al día –cada vez que se me ocurría decirle alguna monigotada, je,je), estoy contenta por ello. En cuanto al turismo, pues más o menos también, agradezco el que he tenido (que con el trajín de vida de ellos no era fácil) y añoro lo que no pudo ser por falta de tiempo o lejanía o las dos cosas (pero me conformo, está todo bien).
¡Hola Mª José!Qué fotos tan...luminosas. Y eso de celebrar la navidad en las piscina con gorrito de mamá Noela ¡Genial! Se nota que ha sido una estancia muy agradable. Ya iré viendo tus andanzas poco a poco. Besos.
ResponderEliminar