CHINA gran circuito por las ciudades mas importantes
La Gran Muralla China, es de una magnitud tal que te deja sin aliento –en mas de un sentido-, mientras la recorrer sientes la grandeza de la ingente obra que estás pisando, hacia cualquier punto al que dirijas la vista –allá a lo lejos, y por muy lejano que alcances a ver- puedes vislumbrar la Muralla. Es una subida bastante dura (nosotros cogimos la parte difícil porque tenía mejores vistas y menos gente –de hecho, íbamos prácticamente solos los del grupo de la excursión, ya lo explicaré en su momento-.
Las fosas con los Guerreros de Terracota, tienen tanta carga histórica y artística que no pueden compararse con ninguna otra cosa similar en el mundo.
Por no hablar de lo diferentes que somos los Occidentales de los Orientales, ¡es que no tenemos nada que ver!, ni tenemos la misma forma de ver la vida, ni estamos educados en el mismo sistema ¡para nada!, ni sentimos lo mismo respecto a temas transcendentales como la familia, los hijos, y la muerte… Ya iré explicando esto poco a poco, y desmenuzando cada cosa en la medida que me acuerde.
Es por todo eso por lo vuelvo de este viaje con la sensación de que he estado en un sitio único e irrepetible.
3 de Septiembre
Volamos con “Air China”, fenomenal, los asientos son cómodos y relativamente espaciosos (me sobra un palmo con el de delante), el respaldo tiene reposacabezas articulable, llevas pantalla individual para seleccionar películas, música, juegos. Además es vuelo directo sin escalas. Salimos a las 12h (con 1/2 h de retraso), y tras 11 horas de vuelo cómodo y sin incidentes, aterrizamos en Pekín puntuales a las 23,10h de España, las 05,10h de la mañana en China.
4 de Septiembre: Ni hao PEKÍN
Nos espera la guía de Pekín, se llama Shun, muy buena profesional y muy simpática (todos los guías han sido amabilísimos, y se han esforzado en contarnos cómo es su cultura, sus costumbres… hemos aprendido mucho del pueblo chino gracias a los guías, un 10 para ellos)
Hoy sólo tenemos visita al Templo del Cielo tras almorzar (aproximadamente a las 13h, así será todo el viaje), y la mañana libre. Nos pregunta qué queremos hacer hasta las 13h, yo le comento (y al resto grupo,somos 13) que nosotras queremos visitar el Templo de los Lamas, La Colina de Carbón, los Hutong, y pasear por la noche por la calle Wanfunginj… no están incluidos pero yo me los traigo preparados desde casa.
Entonces, iremos al Templo del Cielo, almorzaremos, y para después ofrece que el chófer nos lleve por 450 yuanes por cabeza (el cambio está a 8,5 Yuanes/€, aunque es mas cómodo calcular dividiendo por 10) 45 € es caro. Preferimos ir por nuestra cuenta, y el grupo se suma a venirse con nosotras… ¡normal!, debo decir que no hubo ni el menor gesto adusto por parte del chófer ni de ella cuando declinamos la oferta, he oído que los guías se lo toman mal… pues en ningún momento del viaje ha ocurrido tal cosa, lo que digo: estupendos los guías de la agencia “Destino China”.
Templo del Cielo,
A las 8 ya estamos las primeras de la fila para entrar en cuanto el policía abra la puerta, con lo que durante algunos segundos tenemos la suerte de poder observar el Templo del Cielo sin gente. Me ha parecido precioso.
Lo primero que aparece es la Plataforma de mármol, tres gradas de mármol formando una circunferencia de 90 metros de diámetro y 6 de alto.
Y a través de 3 Puertas: del emperador (este), los funcionarios (oeste) y los dioses (centro) accedemos a la Bóveda Imperial del Cielo.
La Bóveda Imperial del Cielo es el templo circular rematado por una cubierta simple donde se almacenan tablillas que representaban a los dioses.
A ambos lados de la Bóveda se encuentran otros edificios rectangulares con receptáculos de madera y vasijas para ofrendas.
Salimos del complejo, atravesando un largísimo corredor perimetral, repleto de gente jugando al bagamon, o haciendo ganchillo que te venden si quieres, en el parque que rodea dicho corredor hay mucha gente bailando, jugando, además de la sempiterna presencia policial por los alrededores (la hemos encontrado en muchos sitios).
tiene 2 inmensos ventanales –cada uno de los cuales ocupa casi toda la pared- en sendas zonas, desde el ventanal del dormitorio se ve una amplísima panorámica de la estación de tren que tenemos justo enfrente, y hacia la derecha la gran avenida a la que da la fachada del hotel,
y desde el ventanal de la zona de salón se ve la zona izquierda de dicha avenida. Dejo fotos de las vistas desde los ventanales. Estamos muy contentas con el hotel y las vistas.
Es muy pronto así es que –tras una rápida ducha- volvemos a salir –esta vez, por nuestra cuenta- a visitar el “Templo de los Lamas”, para llegar lo hacemos en metro –línea 2, la misma que tomamos a pocos metros del hotel- vamos sólo 6 personas, los demás prefieren descansar en el hotel. Recorriendo la calle desde la salida del metro al Templo veo -por primera vez- jaulas con grillos y cigarras –que son animales de compañía muy habituales en China-.
El Templo de los Lamas,
Después el pabellón Falún –este de estilo tibetano- que contiene una estatua de Tsongkhapa-fundador de la secta del bonete amarillo-.
Y por último el pabellón Wanfu, con una estatua colosal del Buda Maitreya que a pesar de su enorme tamaño está esculpida en una sola pieza de sándalo.
Regresamos al hotel, porque nos esperan el resto del grupo y Shun para llevarnos al restaurante a comer.
Como todos los demás del viaje, el restaurante es preciosos y con aparente lujo, grandes lámparas de araña (intuyo que serán de plástico fino imitando chupones de cristal), las mesas son redondas y grandes –capaces de acoger a cada tour, o al menos a la mitad- y allí sólo hay turistas y en otra mesa los guías de los distintos tours.
La comida –como en el resto del viaje- absolutamente occidentalizada, les gusta mucho el picante y lo primero que te enseñan a decir en chino (por si tomas algo por tu cuenta) es algo que suena como “puuuuu-lá” que se traduce por “no picante” y aún así será mas picante de lo que imaginabas, pero en estos restaurantes la comida se compone de varios platos sobre una gran bandeja circular que gira para acceder al plato del que te quieras servir: arroz, tallarines, bolitas de carne, verdura, etc, no hay “rollito de primavera” porque sólo lo comen un día al año (el de la fiesta de primavera), y de postre siempre sandía.
De regreso al hotel, otra duchita rápida y 8 personas nos vamos a la Colina de Carbón y los Hutong, para acabar la tarde en la calle peatonal Wangfujing –famosa por sus espetones de bichos extraños desde el punto del vista gastronómico, escorpiones, gusanos, etc-.
la Colina de Carbón
De la Colina de Carbón lo mas destacable es la sobrecogedora panorámica que ofrece de todos los tejados de la Ciudad Prohibida, y del Parque Bei Hai al este, y gran parte de la ciudad de Pekín. La subida es durita –muchísimos escalones aunque de poca altura cada uno-, pero cuando llegas arriba y ves eso… ¡se te olvida el esfuerzo! ¡es espectacular!
Bajar es mucho más fácil que subir, abajo vemos grupos que cantan o bailan, cerca de los servicios un grupito tiene su propio director de “cante” –realmente parece que alguien le ha pisado la cola a un gato, y estoy segura de que el improvisado director de orquesta es un espontáneo que le ha dado por hacer hacer eso y nadie se lo impide (los chinos son así), a pocos metros veo un kiosko de cervezas, y al ladito 3 bancos de madera rodeando a un árbol, así es que propongo al grupo comprarnos unas birritas y tomárnoslas allí mismo sentados en torno al árbol (como si de un saloncito se tratase) para descansar un poco y el tema de conversación lo protagoniza el rarito director de orquesta, ja,ja,ja.
Hutong
Wangfujing,
al principio estamos algo desorientados porque buscamos el callejón peatonal y esta es una calle anchísima resulta que es la principal arteria comercial (lo había leído en la guía, pero no imaginé que era tan larga), vemos la imponente fachada de la Iglesia de S.José, y muchos centros comerciales, tintorerías, farmacias, lavanderías, zapaterías… a mí me resulta curioso ver esos grandes almacenes con su toque chino (en las cubiertas, en los remates…), me gusta.
Al salir del Mercado Nocturno, saqué foto a 2 barrenderos que había por allí para recordarme a mi misma argumentar este dato en el blog. El caso es que el suelo de Pekín está absolutamente limpio ya que hay hordas de barrenderos a cada pocos pasos.
Otro tema es que –vistos desde nuestra cultura occidental, en la que los temas escatológicos no tienen cabida mas que en el ámbito absolutamente privado y personal- tendemos a sentir repugnancia de la costumbre de escupir que tienen los chinos, además siempre va precedida de un ruido horrible para arrancar la flema. Reconozco que me resulta asqueroso, pero repito que estoy en su casa y ellos tienen esa costumbre, así es que no digo ni una palabra del tema. La guinda la puso una señora que hizo exactamente eso -escupir- pero nada menos que dentro de la fosa de los Guerreros de Terracota… ¡anda que!…. bueno… costumbres.
5 de Septiembre: PEKÍN
Hemos quedado todos en el lobby a las 8,30h de la mañana, el despertador a las 7,30h pero yo a las 5 de la mañana ya estoy levantada (así ha sido todo el viaje).
Un magnífico desayuno –buffet libre- (parecido en todos los hoteles), jamás desayuno mas que un café pero debo coger energía para aguantar hasta el almuerzo (es impensable parar a comprar algo por la calle, es comida que ni entendemos ni nos gusta de tan picante como es) así es que mejor salir bien desayunadas. Eso sí, en mi caso sólo dulce que ni pensar en comer carne o pasta o algo así de contundente a esas horas. Pero he desayunado a diario demasiado opíparamente: primero un plato con sandía y melón, un zumo, después un tazón de yogurt griego, 4 o 5 trocitos de plátano seco y algunas pasas, y finalmente café con leche con algún bollito –son pequeños pero muy sabrosos-. Puntuales (como todos los días) nos encontramos en el lobby con Shun.
Plaza de Tiananmen
Por la entrada sur vemos (y nos hacemos mil fotos) la Torre Zhengyangmen frente a la Torre de la Flecha.
En el centro está el Mausoleo de Mao flanqueado por grupos escultóricos de tema revolucionario. Y también en el centro se alza un obelisco de granito de 38 m de altura dedicado a los Héroes del Pueblo.
A los Chinos les encanta fotografiarse con Occidentales, especialmente con personas obesas (ellos son delgadísimos, les recordarán a su Buda) y con mujeres rubias, aunque sea teñidas (supongo que es porque ninguno de ellos es rubio), por eso frecuentemente le piden foto a un compañero de la excursión (entradito en carnes) y a Rocío (rubia), a mí también me han pedido una 3 chavales uniformados -deben ser de un colegio-, y ahí la tengo (sólo me han pedido una ¡snif! porque ni soy rubia ni estoy gordita, pero bueno... como anécdota me vale)
En la Plaza de Tiannamen unos fotógrafos nos han tomado una foto del grupo que incluyen en un libro de Pekín que hemos comprado todos como recuerdo, hasta en esto hemos tenido que regatear pero finalmente traemos a casa un bonito recuerdo del viaje, por 80 yuanes cada uno.
¿qué puedo decir de este sitio que no se quede corto?. Es el complejo de arquitectura Imperial mas majestuoso de China, data de 1420.
más allá de su arquitectura interesa su historia: desde esta Ciudad herméticamente cerrada al pueblo, China fue gobernada durante 500 años por 24 emperadores. Fue el centro simbólico del universo chino, reservado a la corte y a dignatarios del imperio hasta que el último emperador abdicó en 1912.
Atravesándolo llegamos al 2º recinto desde el que se accede a la joya de la Ciudad Prohibida: el Salón de la Suprema Armonía (que estaba reservado a las grandes celebraciones, como la coronación del emperador).
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3cFHDKELil9dM46HP4OP2DncJpr4JRxGCUCTXik5Q-cc-uIEoT3QQ0t6LJZdISkQiJq2z4eXJ-o1LFMLAt3c6sAJa3qgSMdvR4dCuYH9gkBN2zV_rt85lQ_ZnFn1jPeD2kSdv7nmK764/s200/P1100791.JPG)
Para llegar a él, ha de hacerse subiendo unas escaleras de granito cuya rampa central está talada con dragones entre nubes que persiguen perlas, esta rampa estaba reservada al carruaje del emperador, y a ambos lados vemos calderas de bronce antaño destinadas a contener agua contra posibles incendios, así como los Guardianes del tejado (un número impar de figuras asociadas al agua, que supuestamente protegen al edificio del fuego).
Y rodeando a su vez el Salón de la Armonía Media llegamos al Salón de la Armonía Preservada. Atravesándolo accedemos a otro pequeño patio y enfrente tenemos la Puerta de la Pureza Celestial que da acceso al Patio Interior.
Dentro del Patio Interior encontramos 3 impresionantes palacios:
el 3º es el Palacio de la Paz Terrenal (residencia de las emperatrices Ming, durante la dinastía Qing se utilizó para los rituales del chamán manchú, con sacrificios de animales).
El Palacio de Verano (Yihe Yuan),
el Salón de las Ondas de Jade (lugar donde Cixi tuvo recluido a su sobrino -el emperador Guangxu- tras el fallido Movimiento de Reforma de 1898), el de la Alegría y la Larga Vida (residencia de la emperatriz), y el llamado de la Virtud y la Armonía (donde los 348 miembros de ópera de la corte entretenían a Cixi que los observaba desde la galería que lo rodea), llegamos a la Gran Galería.
La Gran Galería tiene 728 metros y sus vigas están decoradas con más de 14.000 pinturas, es un bonito paseo que recorre el lago hasta llegar al embarcadero.
A mitad de camino de la Galería está la puerta de las Nubes Dispersas, a través de la cual se ven una sucesión de edificios religiosos, y en la cima podemos ver el remate de la Torre de la Fragancia de Buda, que domina la Colina de la Longevidad (situada hacia el interior del parque).
Mas allá del embarcadero vemos el Barco de mármol, se trata de un extravagante capricho de Cixi, que lo costeó con fondos destinados a la modernización de la armada imperial. Es una pieza de madera que imita mármol desde el cual Cixi divagaba e imaginaba surcar los mares. Rodrigo compra un “rolex”, y descubre que le ha devuelto moneda inválida (no son yuanes, no valen nada), ya nos avisó Shun que no compremos nada a la gente de la calle porque devuelven moneda mala.
Así termina el 2º día en Pekín, estoy feliz, me siento con los ojos llenos de belleza (todo ha sido precioso), el alma tranquila y feliz (el Palacio de Verano es una joya de relax), y un poco mas culta (hoy sé mucha mas historia China que ayer, incluso he podido pisar los escenarios donde se ha desarrollado esa fascinante historia). Volvemos al hotel, cansados pero pletóricos. Estoy feliz.
En la tele están poniendo una Ópera de Pekín, a los ojos Occidentales es un espectáculo extraño: con sonidos demasiado guturales -desagradables para nuestro oído, lo digo con respeto- y mucho... mucho plástico, tanto en abalorios (diademas, collares, trajes) como en el decorado, y los trajes coloridos hasta el límite. Aunque nadie lleva máscara (propias de la Ópera de Pekín).
En la tele están poniendo una Ópera de Pekín, a los ojos Occidentales es un espectáculo extraño: con sonidos demasiado guturales -desagradables para nuestro oído, lo digo con respeto- y mucho... mucho plástico, tanto en abalorios (diademas, collares, trajes) como en el decorado, y los trajes coloridos hasta el límite. Aunque nadie lleva máscara (propias de la Ópera de Pekín).
6 de Septiembre: PEKÍN
Último día en Pekín, y hoy nos vamos a La Gran Muralla. Estamos emocionados.Alguien se fija en la pulsera de jade que lleva Shun –una preciosa pulsera de jade verde rígida y no muy grande- y ella comenta que es una piedra viva que está creciendo con ella, se la puso hace 7 años y ya no la puede sacar. Esto es una anécdota del viaje, porque en Xian ocurrirá lo mismo con la guía de allí y su pulsera, es algo típico e importante en su cultura, ponerse una pulsera “viva” que crezca en su brazo, le dan mucho valor a eso.
La Gran Muralla
El paseo de ronda de 8 m de alto y 7 de ancho está rematado por Almenas, e interrumpido por Torres, la distancia entre las torres equivalía a dos tiros de flecha, así ninguna sección quedaba desprotegida. Las Atalayas añadidas por los Ming, sirvieron de: torre de señales (quemando excrementos secos de lobo), fuerte, vivienda y almacén de provisiones.
Caminar la Muralla viendo esa panorámica ha sido una experiencia indescriptible, mas si piensas que su primera construcción data del 220 a.C. (por supuesto que ahora está restaurada, pero sigue siendo sobrecogedor), y hay que pensar también en los miles de chinos que contribuyeron a su construcción y perecieron en el intento (se dice que bajo cada escalón hay enterrados varios cuerpos de chinos… y no es nada raro). No sé el motivo por el cual estaba mas impactada: si por lo ingente de la obra, si por su antigüedad, por su historia y su simbología, por las vistas, por el esfuerzo… Por todo. Ha sido muy emocionante.
espectáculo de acrobacias
Terminamos pronto (aproximadamente a las 6 y media de la tarde), a mi me da pena regresar ya al hotel porque es el último día aquí, pero ciertamente no queda nada mas que ver en Pekín –que sea verdaderamente interesante, claro- y no es mala idea descansar un poco, otro tema sería si aún quedara algo en el tintero pero… por mas que miro y remiro ya está todo hecho, así es que volvemos de buena gana al hotel. En la tienda de abajo aprovecho para comprar 2 botellitas de licor chino (1 para casa y la otra para Encarna que sé que le gusta traer licores de los sitios a los que vamos, y me estoy acordando mucho de ella en este viaje al que no ha podido venir)
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