martes, 27 de septiembre de 2011

CHINA (septiembre 2011), circuito grandes ciudades

CHINA gran circuito por las ciudades mas importantes

Este viaje ha sido diferente a todos los que he hecho hasta el momento. El caso es que ya he tenido la suerte de poder conocer casi toda Europa, algo de África (Egipto y Marruecos)  y la mayor parte (al menos la más turística) de Estados Unidos…, pero como éste… ninguno. ¡este ha sido el viaje mas impactante de todos los que he hecho!. Lo recordaré toda mi vida.



Siempre que he vuelto de un viaje, lo he hecho con la sensación de que las ciudades que he visitado me han parecido mas o menos bonitas (en función de la belleza de sus monumentos: Iglesias, Palacetes, Ayuntamiento…), mas o menos culturales (dependiendo de los museos que tienen o los yacimientos arqueológicos y similares), mas o menos simpáticas y divertidas (respecto al talante de la gente, y el ocio) … 



Vuelvo de CHINA sin poder definirla de una manera tan simplista, porque CHINA es espectacular, la mayoría de las cosas que he visto me han impresionado.



La Ciudad Prohibida  a mí me parece preciosa, pero es mucho mas, es impactante, estás caminando por el recinto que durante siglos guardó el secreto de la holgada vida de los Emperadores, cada Pabellón que visitas ha sido la residencia de uno de ellos. Estando allí recordaba la película de “El último Emperador” y realmente me ha impactado.

La Gran Muralla China, es de una magnitud tal que te deja sin aliento –en mas de un sentido-, mientras la recorrer sientes la grandeza de la ingente obra que estás pisando, hacia cualquier punto al que dirijas la vista –allá a lo lejos, y por muy lejano que alcances a ver- puedes vislumbrar la Muralla. Es una subida bastante dura (nosotros cogimos la parte difícil porque tenía mejores vistas y menos gente –de hecho, íbamos prácticamente solos los del grupo de la excursión, ya lo explicaré en su momento-.

Las fosas con los Guerreros de Terracota, tienen tanta carga histórica y artística que no pueden compararse con ninguna otra cosa similar en el mundo.

Por no hablar de lo diferentes que somos los Occidentales de los Orientales, ¡es que no tenemos nada que ver!, ni tenemos la misma forma de ver la vida, ni estamos educados en el mismo sistema ¡para nada!, ni sentimos lo mismo respecto a temas transcendentales como la familia, los hijos, y la muerte… Ya iré explicando esto poco a poco, y desmenuzando cada cosa en la medida que me acuerde.

Es por todo eso por lo vuelvo de este viaje con la sensación de que he estado en un sitio único e irrepetible.


3 de Septiembre

Volamos con “Air China”, fenomenal, los asientos son cómodos y relativamente espaciosos (me sobra un palmo con el de delante), el respaldo tiene reposacabezas articulable, llevas pantalla individual para seleccionar películas, música, juegos. Además es vuelo directo sin escalas. Salimos a las 12h (con 1/2 h de retraso), y tras 11 horas de vuelo cómodo y sin incidentes, aterrizamos en Pekín puntuales a las 23,10h de España, las 05,10h de la mañana en China.

4 de Septiembre: Ni hao PEKÍN

Nos espera la guía de Pekín, se llama Shun, muy buena profesional y muy simpática (todos los guías han sido amabilísimos, y se han esforzado en contarnos cómo es su cultura, sus costumbres… hemos aprendido mucho del pueblo chino gracias a los guías, un 10 para ellos)

Hoy sólo tenemos visita al Templo del Cielo tras almorzar (aproximadamente a las 13h, así será todo el viaje), y la mañana libre. Nos pregunta qué queremos hacer hasta las 13h, yo le comento (y al resto grupo,somos 13) que nosotras queremos visitar el Templo de los Lamas,  La Colina de Carbón, los Hutong, y pasear por la noche por la calle Wanfunginj… no están incluidos pero yo me los traigo preparados desde casa.
Entonces, iremos al Templo del Cielo, almorzaremos, y para después ofrece que el chófer nos lleve por 450 yuanes por cabeza (el cambio está a 8,5 Yuanes/€, aunque es mas cómodo calcular dividiendo por 10) 45 €  es caro. Preferimos ir por nuestra cuenta, y el grupo se suma a venirse con nosotras… ¡normal!, debo decir que no hubo ni el menor gesto adusto por parte del chófer ni de ella cuando declinamos la oferta, he oído que los guías se lo toman mal… pues en ningún momento del viaje ha ocurrido tal cosa, lo que digo: estupendos los guías de la agencia “Destino China”.


Templo del Cielo
las 7 de la mañana y estamos en el parque que rodea al Templo del Cielo, abren a las 8 de la mañana, y dedicamos esa hora a curiosear por allí, ya se están formando los grupos de Tai Chí, otros juegan dando suaves puntapiés a una pelota pequeña y liviana rodeada de plumas –Rocío compró una por 5 Yuanes, había mucha gente vendiendo las pelotas y mas cosas a los turistas- ,
hay parejas bailando, no se conocen de nada sólo van allí y se juntan para pasar el rato, bailando, haciendo tai-chí y otra tabla de movimientos acompasados similar al Tai Chi que no recuerdo como se llama y al que nos unimos 5 chicas para practicar los movimientos con ellos, otros hacen estiramientos, otros tocan instrumentos musicales…el parque está muy animado a las 7 de la mañana.



A las 8 ya estamos las primeras de la fila para entrar en cuanto el policía abra la puerta, con lo que durante algunos segundos tenemos la suerte de poder observar el Templo del Cielo sin gente. Me ha parecido precioso.



El Templo del Cielo data de la dinastía Ming, y fue usado también por la dinastía Qing.
Lo primero que aparece es la Plataforma de mármol, tres gradas de mármol formando una circunferencia de 90 metros de diámetro y 6 de alto.






Llegamos a la Puerta del Altar Circular.
Y a través de 3 Puertas: del emperador (este), los funcionarios (oeste) y los dioses (centro) accedemos a la Bóveda Imperial del Cielo.




La Bóveda Imperial del Cielo es el templo circular rematado por una cubierta simple donde se almacenan tablillas que representaban a los dioses. 






Tiene un espectacular artesonado, y una escalinata de acceso muy labrada con los dragones que se repiten siempre en todos los templos de China.
A ambos lados de la Bóveda se encuentran otros edificios rectangulares con receptáculos de madera y vasijas para ofrendas.

Continuamos por el eje norte-sur y atravesamos una puerta desde la que vislumbramos al fondo el Templo de las Rogativas. En el solsticio de invierno, el emperador –Hijo del Cielo- realizaba sacrificios de animales ene. Templo y oraba al cielo y a sus antepasados, así intercedía por su pueblo ante los dioses y rezaba por una buena cosecha.
El Templo de las Rogativas es un primoroso edificio circular de madera policromada, rematado en triple cubierta que finaliza en un remate dorado que brilla al recibir los rayos de sol. 






Su interior es de un gran colorido, el artesonado tiene un dragón y un fénix dorados, que simbolizan al emperador y la emperatriz, las 3 cubiertas descansan sobre 24 pilares menores que representan los 12 meses del año y las 12 horas de cada día, y otras 4 grandes columnas llamadas “Pilares del Dragón” que representan las estaciones del año. Como en otros templos, la escalinata de acceso es de mármol muy labrado.



Salimos del complejo, atravesando un largísimo corredor perimetral, repleto de gente jugando al bagamon, o haciendo ganchillo que te venden si quieres, en el parque que rodea dicho corredor hay mucha gente bailando, jugando, además de la sempiterna presencia policial por los alrededores (la hemos encontrado en muchos sitios).





Una vez terminada la visita nos llevan al hotel, el hotel es una pasada (todos los hoteles han sido de 5 estrellas), y nuestra habitación además de grandísima (tiene zona de dormitorio con tele de plasma de 42 pulgadas, y otra zona igual de amplia para salón con un sofá y una mesa, además de nevera, escritorio, etc), 




tiene 2 inmensos ventanales –cada uno de los cuales ocupa casi toda la pared- en sendas zonas, desde el ventanal del dormitorio se ve una amplísima panorámica de la estación de tren que tenemos justo enfrente, y hacia la derecha la gran avenida a la que da la fachada del hotel, 



y desde el ventanal de la zona de salón se ve la zona izquierda de dicha avenida. Dejo fotos de las vistas desde los ventanales. Estamos muy contentas con el hotel y las vistas.

Es muy pronto así es que –tras una rápida ducha- volvemos a salir –esta vez, por nuestra cuenta- a visitar el “Templo de los Lamas”, para llegar lo hacemos en metro –línea 2, la misma que tomamos a pocos metros del hotel- vamos sólo 6 personas, los demás prefieren descansar en el hotel. Recorriendo la calle desde la salida del metro al Templo veo -por primera vez- jaulas con grillos y cigarras –que son animales de compañía muy habituales en China-.


El Templo de los Lamas, 
es el complejo monástico dedicado al budismo tibetano más espectacular de Pekín, data del XVII, y tiene 5 pabellones en total. Además cuenta a la entrada con la torre de la campana y la torre del Tambor –habituales en este tipo de templo- 



y otro pequeño edificio circular muy vistoso –ignoro qué guarda en su interior-, y en la parte posterior del templo hay una exposición de objetos budistas tibetanos (estatuas de divinidades, objetos rituales, etc).



El primer pabellón acoge el Buda Feliz y está flanqueado por los 4 Reyes Celestiales, 2 a cada lado. 






El pabellón Yonghe alberga 3 manifestaciones de Buda flanqueadas por 18 Luoban (liberados del ciclo de reencarnaciones). 









Después el pabellón Falún –este de estilo tibetano- que contiene una estatua de Tsongkhapa-fundador de la secta del bonete amarillo-. 

Y por último el pabellón Wanfu, con una estatua colosal del Buda Maitreya que a pesar de su enorme tamaño está esculpida en una sola pieza de sándalo.





Nos ha gustado muchísimo a todos, quizás debíamos haber aligerado en el Templo del Cielo y haber visitado este con mas calma, y eso que el Templo del Cielo es una maravilla quemerece una visita pausada, pero se puede hacer más rápido, bueno, son los pequeño s inconvenientes de las visitas organizadas, que por otro lado tienen muchas ventajas-.

Regresamos al hotel, porque nos esperan el resto del grupo y Shun para llevarnos al restaurante a comer.

Como todos los demás del viaje, el restaurante es preciosos y con aparente lujo, grandes lámparas de araña (intuyo que serán de plástico fino imitando chupones de cristal), las mesas son redondas y grandes –capaces de acoger a cada tour, o al menos a la mitad- y allí sólo hay turistas y en otra mesa los guías de los distintos tours.

La comida –como en el resto del viaje- absolutamente occidentalizada, les gusta mucho el picante y lo primero que te enseñan a decir en chino (por si tomas algo por tu cuenta) es algo que suena como “puuuuu-lá” que se traduce por “no picante” y aún así será mas picante de lo que imaginabas, pero en estos restaurantes la comida se compone de varios platos sobre una gran bandeja circular que gira para acceder al plato del que te quieras servir: arroz, tallarines, bolitas de carne, verdura, etc, no hay “rollito de primavera” porque sólo lo comen un día al año (el de la fiesta de primavera), y de postre siempre sandía.

De regreso al hotel, otra duchita rápida y 8 personas nos vamos a la Colina de Carbón y los Hutong, para acabar la tarde en la calle peatonal Wangfujing –famosa por sus espetones de bichos extraños desde el punto del vista gastronómico, escorpiones, gusanos, etc-. 

la Colina de Carbón 
–Parque Jing Shan- llegar allí supone sólo un pequeño paseo desde la salida del metro por la ancha avenida que delimita la parte posterior de la Ciudad Prohibida, pero las dificultades empiezan a la hora de encontrar una entrada en el parque porque nos empecinamos en acceder por el este rodeando el muro, 


( comentamos lo diferentes que somos, a cada paso ves hombres haciendo pis sin ningún pudor, de hecho el muro está asqueroso de tanta micción, y del olor mejor ni hablamos, conste que no lo digo con ningún tono reprobatorio, si veo a alguien hacer eso en Europa diría que me parece un guarro, pero estoy en China y su cultura es así , y soy yo la invitada en esa cultura diferente, por tanto no creo que nos asista el derecho de reproche, del tema lavabos hablaré mas tarde), un pequeño rodeo nos deja finalmente en la entrada –justo enfrente de la Ciudad Imperial-.

De la Colina de Carbón lo mas destacable es la sobrecogedora panorámica que ofrece de todos los tejados de la Ciudad Prohibida, y del Parque Bei Hai al este, y gran parte de la ciudad de Pekín. La subida es durita –muchísimos escalones aunque de poca altura cada uno-, pero cuando llegas arriba y ves eso… ¡se te olvida el esfuerzo! ¡es espectacular!

La mejor vista se tiene desde el pabellón Wancheng Ting “de las 10.000 Primaveras" en la cima de la colina que contiene al Buda Vairrocana.

Bajar es mucho más fácil que subir, abajo vemos grupos que cantan o bailan, cerca de los servicios un grupito tiene su propio director de “cante” –realmente parece que alguien le ha pisado la cola a un gato, y  estoy segura de que el improvisado director de orquesta es un espontáneo que le ha dado por hacer hacer eso y nadie se lo impide (los chinos son así), a pocos metros veo un kiosko de cervezas, y al ladito 3 bancos de madera rodeando a un árbol, así es que propongo al grupo comprarnos unas birritas y tomárnoslas allí mismo sentados en torno al árbol (como si de un saloncito se tratase) para descansar un poco y el tema de conversación lo protagoniza el rarito director de orquesta, ja,ja,ja.

Acerca de los lavabos: salvo en los hoteles y los restaurantes a los que nos han llevado (destinados a turistas y los guías), el resto, es decir los que están dentro de las visitas turísticas -Salvo en Shanghai- (Ciudad Prohibida, Palacio de Verano, Templo del Cielo, Muralla, etc), tienen 2 tipos de inodoro: 2 o 3 cabinas con el wc que nosotros conocemos y el resto por ejemplo 15 o 20 con un agujero en el suelo y la forma de los pies, el problema es que tienen un olor a pis imposible de soportar, están inmaculadamente limpios, constantemente una señora está pasándoles una fregona gordísima… pero ¡sin agua! ¡extendiendo y extendiendo todo, y así un día y otro y otro!. Son vomitivos, de verdad, para mi peor que los escupitajos o cualquier otra cosa. Costumbres… pero esta me ha resultado difícil de llevar.



Hutong 
Queremos ir a un Hutong que dice mi guía, pero no  no tiene fácil acceso en metro, así es que decidimos seguir hacia la calle Wangfujing, aunque de camino vemos un Hutong real (donde realmente viven ellos, no el totalmente arreglado para los turistas que es el que señalan en las guías con paseos organizados en rickshaw) y es espantoso, nos hemos internado en esa callejuela –a pesar del nauseabundo olor que sale del baño comunal-, pero hemos salido rápidamente por temor a coger alguna infección irreparable… son horribles, mucha gente en Pekín vive en condiciones espantosas de salubridad, es un horror, ¡ojo!, que este Hutong está enfrente de la Ciudad Prohibida ¡eh!, que no nos hemos ido a una zona rara… ¡horrible!.




Wangfujing


al principio estamos algo desorientados porque buscamos el callejón peatonal y esta es una calle anchísima resulta que es la principal arteria comercial (lo había leído en la guía, pero no imaginé que era tan larga), vemos la imponente fachada de la Iglesia de S.José, y muchos centros comerciales, tintorerías, farmacias, lavanderías, zapaterías… a mí me resulta curioso ver esos grandes almacenes con su toque chino (en las cubiertas, en los remates…), me gusta.
Cuando menos te lo esperas surge el callejón que ocupa el Mercado Nocturno, y sus brochetas de escorpiones, orugas, caballitos de mar y estrellas de mar. Como ya iba preparada no me asqueó ni un poquito, pero sí me dio repelús ver a los escorpiones debatiéndose en el palo en el que estaban ensartados,  moviendo las patitas en un intento absurdo de escapar –ensartados en palos pero vivos, no sé cómo lo consiguen-, eso sí me dio pena… y no es que yo tenga ningún especial cariño a los escorpiones ¡ni por asomo! pero me dio pena verles sufrir durante tanto tiempo. Bueno… costumbres... paso a otro tema.

Al salir del Mercado Nocturno, saqué foto a 2 barrenderos que había por allí para recordarme a mi misma argumentar este dato en el blog. El caso es que el suelo de Pekín está absolutamente limpio ya que hay hordas de barrenderos a cada pocos pasos.

Otro tema es que –vistos desde nuestra cultura occidental, en la que los temas escatológicos no tienen cabida mas que en el ámbito absolutamente privado y personal- tendemos a sentir repugnancia de la costumbre de escupir que tienen los chinos, además siempre va precedida de un ruido horrible para arrancar la flema. Reconozco que me resulta asqueroso, pero repito que estoy en su casa y ellos tienen esa costumbre, así es que no digo ni una palabra del tema. La guinda la puso una señora que hizo exactamente eso -escupir- pero nada menos que dentro de la fosa de los Guerreros de Terracota… ¡anda que!…. bueno… costumbres.


5 de Septiembre: PEKÍN

Hemos quedado todos en el lobby a las 8,30h de la mañana, el despertador a las 7,30h pero yo a las 5 de la mañana ya estoy levantada (así ha sido todo el viaje).

Un magnífico desayuno –buffet libre- (parecido en todos los hoteles), jamás desayuno mas que un café pero debo coger energía para aguantar hasta el almuerzo (es impensable parar a comprar algo por la calle, es comida que ni entendemos ni nos gusta de tan picante como es) así es que mejor salir bien desayunadas. Eso sí, en mi caso sólo dulce que ni pensar en comer carne o pasta o algo así de contundente a esas horas. Pero he desayunado a diario demasiado opíparamente: primero un plato con sandía y melón, un zumo, después un tazón de yogurt griego, 4 o 5 trocitos de plátano seco y algunas pasas, y finalmente café con leche con algún bollito –son pequeños pero muy sabrosos-. Puntuales (como todos los días) nos encontramos en el lobby con Shun.


Plaza de Tiananmen 
la “Plaza de la Puerta de la Paz Celestial”, construida con la creación de la República Popular China en 1949, es la más grande del mundo (880 metros en el eje norte/sur y 500 metros en el este/oeste, y un área total de 440.000 metros2),

Por la entrada sur vemos (y nos hacemos mil fotos) la Torre Zhengyangmen frente a la Torre de la Flecha.




Entramos a la plaza, y la encontramos flanqueada por dos importantes edificios, de estilo soviético: el Museo Nacional de Historia y de la Revolución (en el lado este) y el Gran Palacio del Pueblo (en el oeste).
En el centro está el Mausoleo de Mao flanqueado por grupos escultóricos de tema revolucionario. Y también en el centro se alza un obelisco de granito de 38 m de altura dedicado a los Héroes del Pueblo. 





Caminando por la calle perimetral de la plaza noto a mis espaldas algún movimiento y veo –con cierto estupor- como 3 policías están  parando a cada chino que lleva una bolsa y a cada china con bolso que pasa, les dan un enorme tirón del brazo y les llevan de cara a la pared para que muestren el interior de la bolsa o del bolso, me ha sorprendido por los modales ya que el tirón ha sido demasiado brusco, pero nadie ha respondido mal, dócilmente se han puesto cara a la pared y una vez terminado el registro han seguido caminando como si nada hubiera pasado. Le he preguntado a Shun pero me ha contestado con evasivas “es seguridad” dando a entender que no quería comentar mas.

En el extremo Norte está la Puerta de la dinastía Ming (desde la que Mao proclamo la fundación de la República Popular China en 1949) que aún conserva su enorme retrato. Y a ambos lados 2 parejas de soberbios leones y dos pares (uno interior, otro exterior) de estelas de mármol de 10 toneladas cada una, finalmente esculpidas con dragones que danzan entre las nubes del espacio y están rematadas con un león.

En la plaza vimos un grupo de barrenderos que llevan una botellita con algún líquido corrosivo y una maquina con cepillos de cerdas que giran rápidamente, se dedican sólo a despegar chicles y cosas pegadas al suelo, primero echan el producto y después con paciencia le dan al rodillo hasta que sale. Lo que digo, el suelo de China está impecable.

A los Chinos les encanta fotografiarse con Occidentales, especialmente con personas obesas (ellos son delgadísimos, les recordarán a su Buda)  y con mujeres rubias, aunque sea teñidas (supongo que es porque ninguno de ellos es rubio), por eso frecuentemente le piden foto a un compañero de la excursión (entradito en carnes) y a Rocío (rubia), a mí también me han pedido una 3 chavales uniformados -deben ser de un colegio-, y ahí la tengo (sólo me han pedido una ¡snif! porque ni soy rubia ni estoy gordita, pero bueno... como anécdota me vale)

En la Plaza de Tiannamen unos fotógrafos nos han tomado una foto del grupo que incluyen en un libro de Pekín que hemos comprado todos como recuerdo, hasta en esto hemos tenido que regatear pero finalmente traemos a casa un bonito recuerdo del viaje, por 80 yuanes cada uno.


la Ciudad Prohibida.
 Ahora entramos en el plato fuerte: 
¿qué puedo decir de este sitio que no se quede corto?. Es el complejo de arquitectura Imperial mas majestuoso de China, data de 1420.
más allá de su arquitectura interesa su historia: desde esta Ciudad herméticamente cerrada al pueblo, China fue gobernada durante 500 años por 24 emperadores. Fue el centro simbólico del universo chino, reservado a la corte y a dignatarios del imperio hasta que el último emperador abdicó en 1912.

Se compone de una sucesión de patios atravesados por Pabellones y Puentes. La entrada a cada Pabellón siempre está custodiada por una pareja de leones, el macho con una bola bajo la pata (símbolo del poder) y la hembra con un cachorro bajo la pata (símbolo de delicadeza).

Está rodeada perimetralmente por mas edificios cuya función era la de almacenes, oficinas de la secretaría Imperial, etc. La Muralla que rodea la Ciudad Prohibida tiene en cada esquina una elaborada Torre de la Flecha (con múltiples aleros), y está rodeada por un foso.



La entrada se realiza a través de la Puerta del Mediodía (Wu Men) que da acceso al Primer Patio, para atravesarlo ha de hacerse a través de los Cinco Puentes de mármol (símbolo de las 5 virtudes del Confucionismo) que salvan el pequeño canal que fluye de oeste a este.

Este patio se cierra con la Puerta de la Suprema Armonía (usado durante la dinastía Qing como salón de banquetes).


Atravesándolo llegamos al 2º recinto desde el que se accede a la joya de la Ciudad Prohibida: el Salón de la Suprema Armonía (que estaba reservado a las grandes celebraciones, como la coronación del emperador). 


Para llegar a él, ha de hacerse subiendo unas escaleras de granito cuya rampa central está talada con dragones entre nubes que persiguen perlas, esta rampa estaba reservada al carruaje del emperador, y a ambos lados vemos calderas de bronce antaño destinadas a contener agua contra posibles incendios, así como los Guardianes del tejado (un número impar de figuras asociadas al agua, que supuestamente protegen al edificio del fuego).

Rodeando el Salón de la Suprema Armonía llegamos al Salón de la Armonía Media (mucho mas pequeño) que el emperador visitaba antes de las ceremonias oficiales.






Y rodeando a su vez el Salón de la Armonía Media llegamos al Salón de la Armonía Preservada. Atravesándolo accedemos a otro pequeño patio y enfrente tenemos la Puerta de la Pureza Celestial que da acceso al Patio Interior.



Dentro del Patio Interior encontramos 3 impresionantes palacios:

el Palacio de la Pureza Celestial (que era la residencia del emperador y utilizado para recibir a sus funcionarios, de hecho el útimo emperador escribió aquí si última misiva en tinta roja, antes de emborracharse, matar a su hija de 15 años y ahorcarse en Ping Shan)


el 2º Palacio es el Salón de la Unión (que guarda el trono de la emperatriz), 

el 3º es el Palacio de la Paz Terrenal (residencia de las emperatrices Ming, durante la dinastía Qing se utilizó para los rituales del chamán manchú, con sacrificios de animales).


En los flancos oeste y este del Patio Interior hay numerosos pabellones (algunos con colecciones de objetos de la época), en el Este residía el antiguo harén de concubinas imperiales.





Tras el Palacio de la Paz Terrenal se abre el Jardín Imperial, data del reinado del emperador ming Yongle, alberga pabellones, templos, salones… lo que mas me ha gustado es la rocalla y los 2 Pabellones: el de Los Mil Otoños y el de las Diez Mil Primaveras. Otros pabellones son el Salón de la Paz Imperial, el de la Vista Imperial, etc.




Salimos y rodeamos la Muralla que bordea la Ciudad Prohibida, en cada esquina tiene una elaborada Torre de la Flecha (con múltiples aleros), y paseando a lo largo del foso que la rodea llegamos al autobús que –después de comer- nos llevará a otro sitio precioso: El Palacio de Verano.





El Palacio de Verano (Yihe Yuan)
extenso jardín usado por la dinastía Qing en los veranos, huyendo del calor de la Ciudad Prohibida. La emperatriz viuda Cixi tuvo un papel importante en su reconstrucción tras su destrucción primero por tropas francesas e inglesas y después tras la rebelión de los bóxers.

Cixi, concubina imperial y madre del hijo del emperador Xianfeng, se convirtió en regente de su hijo y de su sobrino, su rechazo a que Guangxu introdujera reformas en el Estado y su apoyo a los bóxers fueron hechos claves para facilitar la caída de la dinastía Qing.

Se accede por la Puerta Este (Gong Dong Men) y encontramos el Salón de la Benevolencia y la Longevidad (que albergaba el trono de Cixi, y se usaba como salón principal de ceremonias) y delante varias estatuas de bronce de animales míticos –entre ellos el símbolo confuciano-.



Caminamos por la orilla oeste del gran lago Kunming -que también forma parte del complejo que en total abarca 290 hectáreas de terreno-, y bordeando diferentes Salones:








el Salón de las Ondas de Jade (lugar donde Cixi tuvo recluido a su sobrino -el emperador Guangxu- tras el fallido Movimiento de Reforma de 1898), el de la Alegría y la Larga Vida (residencia de la emperatriz), y el llamado de la Virtud y la Armonía (donde los 348 miembros de ópera de la corte entretenían a Cixi que los observaba desde la galería que lo rodea), llegamos a la Gran Galería.







La Gran Galería tiene 728 metros y sus vigas están decoradas con más de 14.000 pinturas, es un bonito paseo que recorre el lago hasta llegar al embarcadero.

A mitad de camino de la Galería está la puerta de las Nubes Dispersas, a través de la cual se ven una sucesión de edificios religiosos, y en la cima podemos ver el remate de la Torre de la Fragancia de Buda, que domina la Colina de la Longevidad (situada hacia el interior del parque).

Mas allá del embarcadero vemos el Barco de mármol, se trata de un extravagante capricho de Cixi, que lo costeó con fondos destinados a la modernización de la armada imperial. Es una pieza de madera que imita mármol desde el cual Cixi divagaba e imaginaba surcar los mares. Rodrigo compra un “rolex”, y descubre que le ha devuelto moneda inválida (no son yuanes, no valen nada), ya nos avisó Shun que no compremos nada a la gente de la calle porque devuelven moneda mala.


Y visto el barco y compradas unas cervecitas en el kiosco que hay enfrente, tomamos uno de los barquitos que surcan el lago, se adentra un poco en el lago permitiendo ver mas de cerca el Puente de los 16 ojos que une la isla del lago Sur con tierra firme, y en mejor perspectiva el complejo de edificios religiosos que arranca de la Puerta de las Nubes Dispersas y culmina en la Torre de la Fragancia de Buda –ya en la cima de la Colina de la Longevidad-, y acaba en la Puerta por la que entramos.

Rocío ha fotografiado a un peque (la madre encantada con la idea, de hecho son las mamás las que ponen al niño y les señalan la cámara de fotos para que tú les fotografíes, a los Chinos les gusta mucho que alguien les fotografíe) y aprovecho para comentar otra diferencia cultural: en todos los sitios que hemos visitado de China los niños pequeños no llevan pañales, llevan el pantaloncito abierto de alante a atrás de manera que puedan evacuar lo que necesiten sin mas, pregunté a la guía de Guilin y me contestó que las madres lo recogen después y ya está, a los Occidentales eso nos parece raro, pero a ellos les parece mas raro aún el que nosotros consistamos que nuestros bebés estén durante un cierto tiempo con un pañal manchado. Costumbres.

Así termina el 2º día en Pekín, estoy feliz, me siento con los ojos llenos de belleza (todo ha sido precioso), el alma tranquila y feliz (el Palacio de Verano es una joya de relax), y un poco mas culta (hoy sé mucha mas historia China que ayer, incluso he podido pisar los escenarios donde se ha desarrollado esa fascinante historia). Volvemos al hotel, cansados pero pletóricos. Estoy feliz.


En la tele están poniendo una Ópera de Pekín, a los ojos Occidentales es un espectáculo extraño: con sonidos demasiado guturales -desagradables para nuestro oído, lo digo con respeto- y mucho... mucho  plástico, tanto en abalorios (diademas, collares, trajes) como en el decorado, y los trajes coloridos hasta el límite. Aunque nadie lleva máscara (propias de la Ópera de Pekín).


6 de Septiembre: PEKÍN

Último día en Pekín, y hoy nos vamos a La Gran Muralla. Estamos emocionados.Alguien se fija en la pulsera de jade que lleva Shun –una preciosa pulsera de jade verde rígida y no muy grande- y ella comenta que es una piedra viva que está creciendo con ella, se la puso hace 7 años y ya no la puede sacar. Esto es una anécdota del viaje, porque en Xian ocurrirá lo mismo con la guía de allí y su pulsera, es algo típico e importante en su cultura, ponerse una pulsera “viva” que crezca en su brazo, le dan mucho valor a eso.


La Gran Muralla
Accedemos por el Paso Badaling, desde la carretera ya se vislumbra a lo lejos la muralla, estoy tan emocionada que no paro de hacerle fotos desde dentro del autocar –excuso decir la calidad de las fotos, las borré-. 






En la explanada compro imanes de la Muralla. Al entrar en la muralla Shun nos informa de que hay 2 trayectos: el derecho más asequible (incluso tiene teleférico) pero con peores panorámicas, y el izquierdo mucho mas difícil pero con unas vistas espectaculares…. Claro… toda la excursión queremos la difícil por las vistas ¡yo la primera, eh, que no me escudo en nadie!, para una vez que voy a estar aquí quiero lo mejor.


Es verdad que es dura, pero a cambio vamos solos (en las fotos se puede ver) mientras que el otro trayecto va como el metro en hora punta, y las vistas… ¡no tengo palabras! Desde cualquier punto ves kilómetros de horizonte en una sucesión de montañas, y hasta en el lugar mas remoto al que te alcanza la vista encuentras muralla, esto es porque -dado el carácter defensivo de la muralla- se hizo aprovechando todas  las zonas mas elevadas del paisaje. Mejor ver las fotos.


Lo mas sorprendente es encontrarte –al final del trayecto, es decir cuando llegas a la 8ª torre, que aseguro que es un palizón- artesanos haciendo pinturas con tinta china usando sólo los dedos o grabando a buril láminas de mármol, que venden a los turistas ¿pero esa gente sube hasta aquí todos los días?... y eso que parecen frágiles y no muy jóvenes… ¡ver para creer!.


Voy a explicar un poquito la Gran Muralla: se tiene por el símbolo del aislamiento histórico de China y su sentimiento del vulnerabilidad frente a posibles invasores, ya que fue este el motivo por el que en el reinado de Qin Shi Huangdi –cuando se realizó la Unificación de China- (221-210 a.C.) se construyó esta mole que se extiende por miles de kilómetros en una sinuosa travesía por desiertos montañas y llanuras. Cierto es que no sirvió para mucho, ya que los Mongoles en el XIII y los Manchúes en el XVII consiguieron  atravesarla.


El paseo de ronda de 8 m de alto y 7 de ancho está rematado por Almenas, e interrumpido por Torres, la distancia entre las torres equivalía a dos tiros de flecha, así ninguna sección quedaba desprotegida. Las Atalayas añadidas por los Ming, sirvieron de: torre de señales (quemando excrementos secos de lobo), fuerte, vivienda y almacén de provisiones.




Caminar la Muralla viendo esa panorámica ha sido una experiencia indescriptible, mas si piensas que su primera construcción data del 220 a.C. (por supuesto que ahora está restaurada, pero sigue siendo sobrecogedor), y hay que pensar también en los miles de chinos que contribuyeron a su construcción y perecieron en el intento (se dice que bajo cada escalón hay enterrados varios cuerpos de chinos… y no es nada raro). No sé el motivo por el cual estaba mas impactada: si por lo ingente de la obra, si por su antigüedad, por su historia y su simbología, por las vistas, por el esfuerzo… Por todo. Ha sido muy emocionante.







espectáculo de acrobacias

De regreso a Pekín nos llevan a un  espectáculos de acrobacias –incluido en el programa-, muy colorido que eso siempre luce aunque con pocos medios escénicos, pero las acrobacias están muy bien, por lo que -aunque como espectáculo es algo pobre- los acróbatas son buenos… está curioso y pasas un rato agradable. 





Empieza un equilibrista subido a una inmensa torre que va creando a base de sillas, hay contorsionistas, un espectáculo muy florido de equilibrio sobre bicicletas y postes, y de remate sacan una gran esfera metálica en la que empiezan a entrar motos y recorrerla rápidamente… la cosa se complica hasta llegar a albergar 5 motos enloquecidas girando rápidamente por ese espacio tan reducido y sin el menor roce entre sí… eso estuvo curioso.

Terminamos pronto (aproximadamente a las 6 y media de la tarde), a mi me da pena regresar ya al hotel porque es el último día aquí, pero ciertamente no queda nada mas que ver en Pekín –que sea verdaderamente interesante, claro- y no es mala idea descansar un poco, otro tema sería si aún quedara algo en el tintero pero… por mas que miro y remiro ya está todo hecho, así es que volvemos de buena gana al hotel. En la tienda de abajo aprovecho para comprar 2 botellitas de licor chino (1 para casa y la otra para Encarna que sé que le gusta traer licores de los sitios a los que vamos, y me estoy acordando mucho de ella en este viaje al que no ha podido venir)














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